Posted On 06/03/2013 By In Opinión With 5161 Views

¿Un Dios tribal?

En ocasiones me pregunto a qué se debe la diferencia entre creyentes de ver la acción de Dios o no en una circunstancia. Unos están convencidos de su actuación, otros no la ven en absoluto.

He podido escuchar a cristianos que decían que Dios incluso les tenía preparado un lugar de aparcamiento cuando se desplazaban de un lugar a otro de la ciudad. Si en ese día, o en varios seguidos, no encontraban aparcamiento lo achacaban a que Dios con ello les estaba enseñando paciencia. Daba igual lo que sucediera, se insertaba a Dios en la situación y se presentaba una explicación acorde.

Aún más frecuente es la idea de que el Todopoderoso sana a través de la medicina. De esta forma Dios sanaría usando y dirigiendo las manos del médico. Si el paciente fallece se explica diciendo que Dios estaba más interesado en enseñar algo, por ejemplo que se confiara en él en medio del dolor. De nuevo pase lo que pase se da una explicación que encaje con la idea adoptada.

Estos son sólo dos ejemplos de una enorme cantidad posible.

Pero otras corrientes de pensamiento, igualmente cristianas, no explican así las circunstancias que rodean el diario vivir. No ven a Dios guardando una plaza de aparcamiento cuando tan sólo a unos kilómetros, tal vez sólo unos metros, otro cristiano ha perdido su trabajo y no tiene con qué dar de comer a sus hijos. Tampoco cree que Dios actúe de forma directa por medio de los médicos cuando en un país fronterizo los creyentes mueren porque no tienen acceso a la medicina.

Las preguntas surgen de forma natural: ¿Qué es más importante, una plaza de aparcamiento o el trabajo perdido? ¿Si no existe el acceso a la medicina por qué Dios no sana directamente?. ¿Acaso si no hay médicos Dios está incapacitado para mover su mano sanadora?

Voy a expresar lo que quiero decir de otra forma. Una idea sobre Dios posee muchas  posibilidades de ser cierta si la misma puede ser aplicada de forma universal; si sólo lo es en parte o desde una perspectiva local es falsa con seguridad.

Volvamos al caso de la medicina. Muchas veces he escuchado dar gracias a Dios porque tal persona fue operada y todo salió bien. El Creador, se sigue diciendo, utilizó la medicina para sanarla. Pongamos por ejemplo que se trate de algo con un alto índice de éxito como puede ser una operación de apendicitis. De esta forma todos los creyentes reunidos levantan oraciones de agradecimiento. Pero, ¿Qué sucede si esto mismo nos lo llevamos a un país pobre en donde la población, cristiana o no, no puede ir a un médico? Pues que la persona muere de una perforación intestinal y la tremenda infección subsiguiente. ¿Es que Dios no es poderoso para actuar sin la medicina? La respuesta es que sí. Entonces ¿por qué no lo hace? Estas preguntas derrumban la primera afirmación. Esto se debe a que no es posible universalizar esa idea…  a menos claro, que sostengamos que Dios es un Dios de la cultura occidental y por ello se olvida de las demás.

Supongamos ahora que una creyente se pone de parto. Se la llevan al hospital y allí se complica las cosas. In extremis se logra salvar a la madre y a la criatura. Todos dan gracias a Dios porque Él, de nuevo, por medio de la medicina ha sanado y salvado. Pongamos, y esto no es en absoluto hipotético sino muy real, que otra creyente se pone de parto, pero esta vez es en un poblado en Etiopía. Allí no hay hospital al cuál llevarla, se complica el parto y como consecuencia madre y criatura mueren. ¿Por qué Dios no hizo algo? ¿Es que si no hay un médico se están inutilizados sus poderes?

Pienso que todo esto se debe a que hemos vuelto a una idea pagana sobre Dios. Se trata de la idea del dios local o tribal. Estos dioses eran la divinización del medio y de los recursos con los que contaban tal pueblo o la nación. Así, si dependían para su subsistencia de un río, los dioses estaban relacionados con él y el mismo también se divinizaba. Si el pueblo dependía de la pesca se hacía otro tanto, y por supuesto si la ganadería y la agricultura eran su sustento ya teníamos dioses del sol, de la lluvia, de las estaciones…

El cristianismo occidental ha hecho lo mismo con el Dios que universalizó Jesús. Lo interpreta y entiende de acuerdo con su medio, con su cultura, con sus logros, con su entorno. Es un tipo de deidad que no puede ser llevada de forma plena a otras culturas o naciones diferentes. ¿Qué pensaría un cristiano de un país en el cual se mueren de hambre de alguien que afirma que Dios reserva plazas de aparcamiento? ¿Qué pensaría este mismo cristiano enfermo de SIDA si escuchara que el Dios en el cual cree usa la medicina para darle una vida digna, por muchos años, a otro creyente igualmente enfermo mientras que él va a morir irremisiblemente en escasos meses porque no tiene un médico cerca? ¿Es que es un Dios que sólo mira por los países ricos? ¿Es un Dios racista?

La respuesta o la propuesta debe ser otra, ya que esta forma de considerar la realidad es un atentado al Dios del amor y de la gracia que encarnó Jesús. Parece mejor ver a Dios como a alguien que posee un gran respeto por la voluntad humana. Creo que no es su modo de actuar estar continuamente recolocando todo lo que el ser humano se ha dedicado a destrozar. Por supuesto, la medicina es un logro de la cultura occidental totalmente marcada en su pasado por el cristianismo. Aquí sí que es posible ver la acción de Dios, pero claramente de forma indirecta. Podemos darle gracias por la medicina en sí y por su capacidad de curar pero a la vez nos acordarnos con tremendo pesar de aquellas personas que jamás se beneficiarán de ella. Este panorama es muy distinto y no hay problema en universalizarlo. Dios no hace acepción de personas y si allí una persona muere sin su acción milagrosa también lo hará aquí… lo que ocurre es que aquí tenemos la medicina.

Tampoco niego que pueda actuar de forma milagrosa, pero como parte de su definición un milagro es algo que se da muy escasamente. Dicho lo cual, también es cierto que no todo lo que pasa por milagro lo es, se necesita un estudio serio de cada caso.

Todo esto me hace pensar en cuánto de nuestra fe se basa en ideas que no son correctas, que han sido traídas de otros lugares y también en cómo tanta gente ha elaborado su fe sobre algo que no es real… aunque para ellos sí lo sea.

Dónde yo veo a Dios de forma universal es en los niños, en la ternura, en la compasión y en el autosacrificio. Allí en donde se da esto me encuentro con la acción de Dios en este mundo. El respeto, la abnegación, la misericordia, el amor. Esto no tiene fronteras y cuando se da, Dios está aconteciendo. Esto sí que es la encarnación de Dios, de Jesús.

Volver a hacer de Dios una divinidad tribal es una forma de paganización. Esto lo que hace es alejar de la fe a las personas que no pertenecen a esa comunidad, a esa sociedad. Es volver a colocar a Dios dentro de un templo, el templo dentro de la ciudad principal y esta ciudad dentro de nuestras iglesias occidentales.

Lo único que puede traernos algo de esperanza es pensar nuestra fe, pararnos a considerar aquello que decimos creer. De lo contrario, mucho me temo que nuestras vidas se sustentarán, en no pocas ocasiones, en puras invenciones, irrealidades a las que nosotros llamaremos Dios.

“La vida examinada es la única que merece la pena ser vivida”.

Sócrates.

Alfonso Pérez Ranchal

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