Nos complace, en Lupa Protestante, presentar una nueva publicación, «Carlos Monsiváis: Cuaderno de lectura«. Es una obra escrita por el teólogo y poeta mexicano, Leopoldo Cervantes-Ortiz, y prologada por el académico Adolfo Castañón. Tenemos ante nosotros un sugerente escrito ( o escritos) que ponen a nuestro alcance a la persona y pensamiento de Carlos Monsiváis (1938-2010), uno de los escritores más importantes de México.
Monsiváis, según escribe Cervantes-Ortiz, «fue durante su niñez y adolescencia un militante protestante que recibió una sólida formación bíblica que lo marcó para siempre. Nunca dejó la reflexión, así fuera sesgada y oblicua, sobre los temas religiosos, como una marca indeleble de dicha militancia«.
Del libro, Adolfo Castañón, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, escribe en el prólogo del libro de Leopoldo Cervantes-Ortiz:
«Como una nube de aromáticos inciensos, ronda nuestras calles y plazas la silueta traviesa y risueña, crítica y piadosa, despiadada y sarcástica, afinada a los versos de Francisco de Quevedo, el espectro errante y en pena de Carlos Monsiváis. Se le recuerda, no con sollozos sino con un resuelto ánimo entre carnavalesco y solidario, entre luctuoso y paradójico. Esa memoria misteriosa de alguien que supo ceñir su expresión tumultuosa y desbordada al genio de un lugar —la multánime y plural ciudad de México— es auspiciada por el hexagrama ensayístico que ha sabido armar para su lector Leopoldo Cervantes-Ortiz. Desdoblado tríptico o terceto, duplicada tríada o triángulo reflejo que se propone deslindar un espacio intelectual y ético, un lugar, más que caracterizar a una persona indefinible o escurridiza, pero también una de las pocas escasísimas voces que han dado la cara por México y sus enigmáticas estribaciones en la prensa y en la prosa; una de las pocas que a su manera esquiva se ha responsabilizado de la humanidad que convive en México, a costa de sacrificar en aras de lo público el sí mismo que fue el de Carlos Monsiváis, tan distante del narcisismo y del solipsismo, tan alejado de los escollos a que están sometidas las personas privadas cuando no privatizadas. No están aisladas en modo alguno —ni entre sí ni hacia afuera— las seis líneas de este doble triángulo o pirámide trazado por Leopoldo Cervantes-Ortiz: hexágono, hexaedro, cifras imantadas por el seis.»
Descargar el libro (formato pdf): [wpdm_file id=27]
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