Marcos 13, 33-37i
Comenzamos un nuevo año litúrgico. El primer domingo de Adviento marca el inicio de un ciclo nuevo en la Iglesia, y con él la lectura anual del Evangelio de Marcos (ciclo B)ii. El Adviento corresponde a un tiempo de alrededor de cinco semanas que antecede a la celebración de Navidad. Se caracteriza porque los ministros visten de color morado, el cual simboliza la penitencia, la oración y la espera. En las celebraciones de la Eucaristía se omite el canto del Gloria, el cual se volverá a entonar la Noche Buena, siguiendo la tradición que ubica la entonación de este himno en la boca de los ángeles la noche del nacimiento de Jesús (Lc 2,14). Este tiempo posee algunos personajes bíblicos específicos, a saber, el profeta Isaías que anuncia la llegada del Mesías en el Antiguo Testamento, Juan Bautista que lo señala y que cierra el ciclo de los profetas del Antiguo Testamento y la Virgen María que espera el nacimiento de su Hijo. Otro de los signos propios del Adviento es la tradicional corona hecha con ramas verdes a la que se le añaden cuatro velas, tres de color morado y una de color rosado para el tercer domingo de Adviento. Ella representa el crecimiento de la luz, que es uno de los nombres con los cuales se conoce a Cristo (Jn 1,8; Jn 9,5).
Es un tiempo que se enmarca en lo que se conoce como la escatología, disciplina teológica que expone la doctrina de aquello que constituye la esperanza cristiana es decir la muerte, la resurrección, el Reino de Dios. La escatología exige del creyente un compromiso efectivo con su propia historia social ya que está llamado a no desentenderse de las obligaciones temporales sin olvidar que su último destino es la comunión plena con Dios en la vida eterna. El propósito de estas columnas para los cuatro domingos de Adviento (20 de Noviembre – 21 de Diciembre) es asumir que el Adviento tiene algo que decir a la historia, al devenir social y político y a la cultura de éste tiempo. Es simplemente seguir el principio de la Encarnación del Verbo, el cual al asumir nuestra condición humana asumió también nuestra cultura e historia.
El texto del Evangelio de este primer domingo tiene una frase que se repite: ¡Estén atentos y despiertos! (Mc 13,33); ¡Estén atentos! (Mc 13,35.37). El corazón del texto es una imagen que Jesús utiliza en la cual un hombre se va de viaje y encarga a los sirvientes que sigan sus respectivas labores cuando él no esté. Los siervos deben estar atentos a la llegada del señor, pero sin saber en qué momento se realizará (Mc 13,34-36).
¿Qué nos dice este “estén atentos” hoy? La contingencia nos está enviando señales y voces nuevas se están levantando. Hay cambios en los paradigmas con los cuales vamos comprendiendo el mundo y nuevas interpretaciones se han posicionado en los más variados sectores de nuestro sugerente tejido social. El “estén atentos” de Jesús no es una llamada ingenua, no se posiciona en la línea de la pasividad o del conformismo. Al contrario, exige que los creyentes y los hombres y mujeres de buena voluntad asuman creativamente la construcción de otro mundo posible, que ya ha comenzado con Jesús pero que todavía no ha llegado a su plenitud.
La escatología propia del mensaje de Adviento es el fundamento de la actitud que pide el dueño de la casa a los sirvientes: ¡No duerman! Los signos de los tiempos se están sucediendo con fuerza y el Espíritu de Dios está rugiendo a las Iglesias. Dos opciones: o nos dormimos y esperamos pasivamente que llegue el Reino preguntándonos angustiados cuándo ocurrirán todas estas cosas, o nos movemos en pos de una creatividad en la que hemos de asumir la construcción del nuevo mundo que está naciendo desde Dios. La ley del mínimo esfuerzo no tiene lugar en el cristianismo, pero tampoco el trabajo humano independiente de la acción de Dios. El adviento es pues una invitación a vivir la más profunda novedad de aprender a estar despiertos, a saber escuchar y ver cómo Dios sigue actuando en medio de la historia.
PREGUNTAS PARA LA REFLEXIÓN
¿En qué momentos de mi vida (personal, familiar, de comunidad creyente) he experimentado la invitación a estar atento a la acción de Dios en la historia?
¿Qué significa hoy estar atentos?
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i Para todos los comentarios seguiremos la traducción de “La Biblia de nuestro pueblo”, 2009.
ii Los ciclos bíblicos corresponden a un determinado evangelista que conduce los Evangelios dominicales durante un año litúrgico (desde el Primer Domingo de Adviento hasta la Fiesta de Cristo Rey del año siguiente, Noviembre aproximadamente). Los ciclos son: A con Mateo, B Marcos y C Lucas. El Evangelio de Juan se lee en algunas celebraciones especiales del año litúrgico.