Posted On 07/04/2023 By In Opinión, portada With 683 Views

Que vuelva a cantar el gallo | Hugo Daniel Ramírez

Que vuelva a cantar el gallo
La paradoja de las renovadas oportunidades

Desde hace varios años, vivo en una ciudad rodeada de extensos campos. En muchos de ellos se siembra, y en otros se crían animales. Las familias que viven cuidando los campos, tienen sus casas, que en general son muy modestas, pero en ellas no faltan las gallinas y los gallos.

Los gallos cantan en varios momentos a lo largo del día. Pero antes del amanecer, cuando todo es silencio, su canto, se escucha a la distancia.

Desde épocas muy remotas, los pueblos le han dado una notable simbología y algunas atribuciones al canto de los gallos, y estás son muy variadas.  Desde muy antiguo y en especial del extremo oriente, viene la vinculación del canto de esta ave, con la luz de un nuevo día y esto se observa en las imágenes grabadas en las viejas lámparas, símbolo de la fe cristiana.

En la antigüedad grecorromana, se le atribuía al gallo el símbolo de la llegada de la luz, la victoria, la esperanza y ocasionalmente con la eternidad. Los cristianos primitivos, asociaban al gallo con la resurrección de Cristo.

En el siglo IV, según varios documentos, relacionan a los gallos como el símbolo del amanecer espiritual, la esperanza, la sanidad y la fe.

Así lo expresa el himno “Aeterne rerum conditor”, de Ambrosio de Milán (d/C. 397), que dice así, en una de sus estrofas:

Canta el gallo y renace la esperanza,
retorna la salud a los heridos,
el puñal del ladrón vuelve a la vaina
y la fe se despierta en los caídos.

El gallo anónimo, más famoso, que se transformó en leyenda en la tradición, fue el que nombró Jesús, con una originalidad asombrosa, para recordarle a Pedro su negación. Los relatos se encuentran en Marcos 14: 66-72.- Lucas 22: 55-62, -Mateo 26: 31-35, 69-75, Juan 18: 15-27. Los cuatro evangelios recuerdan a su modo este hecho, quedando así en la memoria de los cristianos de todos los tiempos.

A lo largo de la historia, las interpretaciones de estos textos han sido muy diversas. El énfasis más popular, basada en el texto bíblico, es sin duda, la negación de Pedro y sus lágrimas de arrepentimiento. Pero este es un aspecto del relato, el otro, es la esperanza que ese canto del gallo preanuncia como una potente figura.

Por lo general, se resalta un acento parcial, que solo señala una mirada negativa hacia el culpable, el dedo acusador sobre el que cae, pero no se detienen en el canto que conlleva una nueva oportunidad. No cabe duda que Simón Pedro negó al Señor en el momento más importante y crucial del maestro de Galilea. Pero a pesar de este hecho tan humano, lleno de debilidad, Jesús le dice claramente…primero me negarás, pero después, el gallo cantará.- en otras palabras, tras la caída hay esperanza. En el símbolo hay un nuevo amanecer. Así como Cristo enfrentó el poder del pecado, venciendo a la muerte. El apóstol Pablo remarca en su primera carta a los Corintios, – Cap. 15:55-56, no la caída sino la victoria, no la derrota sino el triunfo del resucitado.

…que vuelva a cantar el gallo para todos, en medio de tanto caos!!

Que resuene en todas los rincones de nuestra tierra, en todos los pueblos.
Que se anuncie que hay esperanza, que existe una nueva oportunidad.
Que hay un nuevo e iluminado amanecer para la humanidad en Cristo Jesús.

En medio de tanta sombra, hay una nueva aurora, así como lo avizoró el canto de Zacarías. Lucas 1: 78 – NVI

“Así nos visitará desde el cielo el sol naciente,
para dar luz a los que viven en tinieblas”.

Simón Pedro, vivió en carne propia la experiencia paradójica, de entender su amarga caída, pero al mismo tiempo comprendió la esperanza de una nueva mañana. La noche se transformó en plena luz. El Señor Jesús es el Señor de las renovadas oportunidades, y esto debe ser anunciado como buena noticia, como el canto del gallo.

 

 

 

Hugo Daniel Ramírez

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