Posted On 04/09/2012 By In Opinión With 1903 Views

¿Ecuador desafía u otros se sienten desafiados?

Decisión que evidencia el juego de poder en el caso Julian Assange

Desde algún tiempo en el Ecuador se vive una nueva actitud hacia la política, los derechos y el sentimiento de identidad  por parte de la ciudadanía. Ya no es cuestión de la presión de los políticos de siempre; ahora se trata de un interés que aflora en la gran mayoría de los ecuatorianos y ecuatorianas. Para bien o para mal, el nuevo Gobierno de Rafael Correa es responsable que hoy en el Ecuador todos y todas  hagamos política desde nuestros espacios. Sea por las cadenas presidenciales de cada sábado, la oposición de los medios de comunicación de todos los días, los debates, la nueva Constitución del 2008, el sentido de Revolución  Bolivariana y Alfarista, la priorización por lo social y la dignidad humana, entre otros hitos, que hacen evidente para la gran mayoría, que vivimos una época de cambios. Pero de lo que no hay duda, es que la Patria hoy se siente más que nunca, y al fin los ecuatorianos y ecuatorianas creemos por lo que oímos, vemos y reflexionamos, que la Patria ya es de todos, respetando desde luego, a los que no quieran apropiarse de ella.

Algunos sucesos han marcado el sentimiento cívico de nuestro país, que sin pretender hacer un análisis político, es oportuno recordar, hacer memoria, para darnos cuenta que se trata de un proceso que poco a poco ha incidido en la consciencia colectiva de  nuestro pueblo para ser dueños de sus propios intereses:

Un gobierno de revolución Alfarista

Resucitar el espíritu del viejo luchador (Eloy Alfaro), y los ideales que impulsaron la Revolución Liberal en el Ecuador (1895): manos limpias, mentes lúcidas y corazones ardientes; ha sido una de las fuerzas vigorizantes y movilizadoras de lo que el Gobierno llama Revolución ciudadana, desde el ímpetu de Patria Altiva y Soberana (PAIS).

La nueva Constitución del Ecuador en el 2008

Aquella  que reconoce los derechos de la naturaleza y propone el proyecto para el buen vivir o sumak kawsay[1], como la laicidad y el estado de derecho. La nueva Constitución  resalta la interculturalidad, la plurinacionalidad y el derecho de los pueblos originarios; como también es innegable un nuevo modelo de gestión.

Bombardeo a Angostura y la muerte de Reyes

El debate por la violación de la soberanía ecuatoriana por parte de Colombia, en el asesinato de Raúl Reyes, principal de la FARC, generó en el Ecuador un  Hasta aquí, en contraste del  Ni un paso atrás, en el Gobierno del presidente Sixto Durán Ballén, ante el conflicto con Perú.  El presidente Rafael Correa supo exigir el respeto debido y condenar la usurpación del Gobierno colombiano ante las Cortes Internacionales, para rechazar aquella vieja  práctica  de que el “fin justifica los medios en tierra ajena”.

Clima de integración de las Américas

La integración del ALBA (Alianza Bolivariana para las Américas), como de UNASUR (Unión de Naciones Sudamericana), el impulso de la región y la integración de las Américas aparece como signo y esperanza de nuevas relaciones. Es evidente que era tiempo de otras miradas, mirar hacia nosotros para unificar esfuerzos y fortalezas conjuntas.

Solidaridad con la tierra tocando los intereses económicos

El YASUNI ITT[2], una propuesta ambientalista distinta, que confronta las tendencias comerciales de relación con la naturaleza, en que el Ecuador plantea: «dejar el crudo represado en tierra, a fin de no afectar un área de extraordinaria biodiversidad y no poner en riesgo la existencia de varios pueblos en aislamiento voluntario o pueblos no contactados. Esta medida será considerada siempre y cuando la comunidad internacional entregue al menos la mitad de los recursos que se generarían si se opta por la explotación del petróleo; recursos que requiere la economía ecuatoriana para su desarrollo”. [3]  Para todos es conocido que el tema ambiental pasa por lo político-económico que se impone ante lo ético; y que los principales contaminadores del mundo son justamente las grandes potencias. 

El 30-S y el temor de otro presidente destituido

El 30-S, es la referencia a lo sucedido el 30 de septiembre del 2010, fecha memorable en la que los 14 millones de ecuatorianos y ecuatorianas  observamos el rescate del presidente de la República a cargo de las fuerzas militares y la movilización del pueblo. En un país que ha tenido en los últimos años  tres presidentes destituidos, la amenaza de esas viejas prácticas ponía a todos en la expectativa. Los que veíamos por la televisión los sucesos no podíamos dejar de preguntarnos: ¿Será otro presidente destituido? ¿Estaremos otra vez en boca del mundo por tumbar presidentes?

Embajadora de los EEUU, declarada “persona no grata”

La recuperación de territorio, con la salida de la base norteamericana en la ciudad de Manta, la decisión de la política económica de no firmar los TLC, y la expulsión de su embajadora Heather Hodges, declarada persona no grata, como consecuencia de un cable diplomático confidencial de Wikileaks,  publicado por Diario EL PAÍS[4], sobre la supuesta corrupción policial en Ecuador; fueron  pasos que asentaban precedentes y claros avisos del estilo del nuevo Gobierno en el Ecuador. [

Asilo diplomático para Assange

Ahora estamos ante el tema que capta la atención de muchos: el asilo diplomático concedido a Julian Assange. El Ecuador está en boca de todo el mundo (permítase esta metáfora), pero ¿por qué? Porque aquel pequeño país, del que poco se sabe decidió ser soberano y actuar bajo sus propios criterios e intereses. Decidió ser dueño de sus decisiones, y no consultar a los amigos del norte con quien siempre los países latinoamericanos estuvieron influenciados a las buenas o a las malas.

El caso Assange se ha prestado para la sorpresa, pues pocos esperaban que un país sudamericano desde el ejercicio de su soberanía tome posturas propias sin dejarse amedrentar de los imperios que tratan de imponer su ley: la del más fuerte. Para quienes la democracia es un juego en el que los pequeños siempre deben cumplir los derechos humanos y las leyes, pero que cuando se atenta en contra de sus intereses ellos violan a diestra y siniestra los acuerdos mundiales, o sencillamente, como el caso de Assange: “se desconoce” o “nosotros tenemos otras leyes”.

Es verdad que el Ecuador  despierta tarde ante esta realidad; pero lo importante es que despertó, para ser un país libre, donde el único interés sea sacar adelante la Patria, superar nuestra historia de saqueo y comenzar a ver nuevos horizontes, dado que nos dimos cuenta que el norte no es el único camino. Nos atrevimos a reflexionar en nuestro propio modelo de desarrollo, a elegir nuestro buen vivir y trabajar por un proyecto no impuesto de bienestar exportado, sino algo que construimos y participamos juntos como nación, abierto a la integración latinoamericana.

Evidenciado está que en América Latina la herencia de conquista se resiste al ejercicio de nuestra libertad, que lo que otros países exigen para sí, no es exigido para todos en igualdad de condiciones. Que los llamados derechos humanos no son más que maniobras tácticas, para legitimar y justificar los intereses de aquellos que a la fuerza de violencia y presión; tratan de continuar oprimiendo y atentando contra la libertad de una América que despierta del sueño para pensar en sí misma, de allí el signo de la integración con todas sus complejidades.

¿Ecuador desafía a quién?

Un titular de prensa decía: “Ecuador desafía al Reino Unido”, a lo que hay que preguntarse ¿Por qué la decisión libre y soberana de un país desafía a otro? ¿Será porque lo considera inferior? ¿O porque se esperaba una respuesta de aceptación ante las presiones de los imperios? ¿O porque nos causa sorpresa que no se agache la cabeza asintiendo el deseo de los demás?  O más bien se trata de un desafío para el Reino Unido y para el mundo, que en pleno siglo 21 no puede continuar por el camino de la colonización y la inculturalización que han marcado la historia de nuestros pueblos.

Como ecuatoriano me niego a caer en ese morbo de la prensa que juega con su aparente objetividad y sirve a los imperios para crear realidades donde no las hay, configurar mundos bajo sus propias reglas y sucumbir  ante el temor de las consecuencias económicas que una decisión soberana traerá para el país[5].

Pero en lo que concordamos,  es que sí es un desafío, pero no  para el Reino Unido o EEUU, es un desafío para los 14 millones de ecuatorianos y ecuatorianas, y si se quiere para los países de América Latina, que al igual que Ecuador tomaron la ruta de ser Patria para sí y no para otros. Le apostaron a la liberación de aquella maldición de ser países tercer mundista o de subdesarrollo (términos designados bajo las reglas de los más poderosos); y se atrevieron a tomar la decisión de resucitar a sus íconos, mártires y testimonios de altivez y lucha, que los han traído a la memoria para no seguir en los mismos errores y liberar a nuestros pueblos de su pobreza y rescatar su dignidad.

Prohibido olvidar

La crisis económica de algunos países que antes disfrutaban de estabilidad financiera, son claras evidencias que el sistema capitalista no da para más, en lo económico, social, político y religioso. Los que marcaban la pauta en las directrices mundiales hoy están bajo sospechas; asistimos a nuevos escenarios y cambios de protagonistas, donde el sur ha dejado de ser el basurero de los imperios. Donde hay signos de rebelión y esperanza en otro mundo posible, otra Patria para las nuevas generaciones.

Aunque se mantienen ciertos imperios y sus pretensiones, ya el mundo quedó grande para ellos, el despertar de otros actores se ha hecho relevante, ya no se concibe el monólogo, es tiempo de las muchas voces y  diversas, y en todos los idiomas posibles, para asumir el camino complejo de la comprensión, el diálogo, en amor a lo diverso y el  respeto mutuo, y en ello las religiones tienen mucho que aportar.

Los cinismos políticos de falsas democracias son expuestos al mundo: lo sucedido en Vietnam, Hiroshima y Nagasaki, la invasión a Irak, el embargo a Cuba, y la paradoja de los derechos humanos en Guantánamo, para no mencionar la masacre de nuestros pueblos originarios en el saqueo de las Américas a manos de los tiranos de otras tierras y nuestros propios conflictos internos.  Estos y más, son los cinismos que como latinoamericanos y latinoamericanas no debemos olvidar. No se trata de resucitar los dolores ni acarrear heridas del pasado, se trata simplemente de despertar la memoria para transformar nuestra realidad, que constantemente tiende a ir al pasado. En esto es valedero lo que se nos recuerda en las sabatinas presidenciales: “Prohibido olvidar”.

Assange: un impulso más para nuestro compromiso

Pues así el caso de Julian Assange da qué hablar a muchos, recordemos que los medios viven de la noticia. Por nuestra parte miramos nuestro país con esperanza, veo la Patria de mis hijos y nietos, Dios quiera y este camino emprendido de libertad y  revolución no sea  asunto momentáneo de un partido político, ya que se trata de cada uno de nosotros y nosotras como actores sociales, como dueños de nuestro presente y constructores de nuestro futuro, como protagonistas activos  de lo que deseamos para nuestro hoy y mañana, que no nos caerá del cielo; hay que traer el cielo a la tierra, y trabajar en él.

Celebro como muchos el ser testigo de lo que pasa en esta tierra linda que tiene de todo. Canto a la esperanza de que las cosas puedan cambiar, si así lo disponemos. Rechazo el fantasma del pasado con sus cadenas de los imposibles que persiste en oprimirnos. Sueño despierto y hasta medio dormido con otro orden de las cosas.  Trabajo para hacer mejor mi Patria, donde las oportunidades sean en igualdad para todos. Hago poesía desde mi realidad sentida y asumida. Bailo con la danza de nuestra identidad latinoamericana y caribeña, nuestra interculturalidad y plurinacionalidad, al son de la Pachamama, del viento, del sol, del mar, del frio y el calor, de la erupción del Tungurahua y de la brisa a la orilla del río Guayas.

¿Dios y el quehacer teológico?

Y por cierto ¿Por dónde anda Dios en medio de todos estos procesos de cambio y revolución en el Ecuador? Es tarea pendiente para cada uno responder desde su análisis; pero lo que sí puedo afirmar es que Dios hace tiempo dejó de ser asistente pasivo de nuestros templos en las diversas religiones.

Ya hace tiempo Dios anda suelto con el pueblo y sus luchas. Lo vemos por el Congreso ingeniándoselas  a favor de leyes humanitarias que priorizan la dignidad de las mujeres, niños, niñas, personas con otras opciones sexuales, personas con discapacidad, entre otros. En los grupos que sin ningún interés partidista anhelan nuevas realidades. En el clamor de las trabajadoras domésticas, que fueron objeto de esclavitud en el siglo de la tecnología y ahora gozan de un sueldo digno. Dios parece irrumpir allá por el Oriente y la Amazonia olvidada, donde ni llegar se podía. En pocas palabras, me atrevería decir, que ya Dios se nos salió del control de nuestras cátedras y centros de estudios religiosos; y qué bien por ello.

Dios-Espíritu anda soplando aliento vivificador de esperanzas para reanimarnos a confiar en  que su voluntad no  es la sumisión, ni la resignación y, menos la nostalgia de lo que pudimos ser y no somos; Dios decidió profanarse, hacerse secular e intervenir en nuestra historia (Jn. 1, 18), en nuestra realidad sentida para provocarnos al deseo de re-significar la vida humana y recrearla, como dice Leonardo Boff: “Dios emerge del corazón mismo de la vida, está mezclado con las cosas”.



[1] La noción de “Sumak Kawsay” (o Suma Qamaña, en aymara), forma parte del discurso político de los movimientos indígenas del continente, en especial del movimiento indígena de Ecuador y de Bolivia, y, en tal virtud, forma parte de su proyecto político e histórico, véase http://www.puce.edu.ec/documentos/CuestionessobreelSumakKawsay.pdf

[2] Yasuní-ITT (Ishpingo, Tiputini y Tambococha). Este proyecto consiste en no explotar alrededor de 920 millones de barriles que producirían alrededor de 375 millones de toneladas de CO2 y que generarían 720 millones de dólares anuales por 13 años, a cambio de un aporte de los países desarrollados que consiste en cubrir el 50% de este dinero, que dejaría de percibir el país en compensación a los bienes ambientales generados y la generación de valor permanente.

[3] Dejar el crudo en tierra en el Yasuní. Un reto a la coherencia, por Esperanza Martínez, Ecoportal.net, 2009, http://www.rebelion.org/noticias/2009/4/84227.pdf

[4] http://www.elpais.com/articulo/internacional/corrupcion/policial/Ecuador/generalizada/elpepuintlat/20110404elpepuint_12/Tes

Fotografía de Assange: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Julian_Assange_cropped_(Norway,_March_2010).jpg?uselang=es




Ángel Manzo Montesdeoca

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