«Es tal la angustia que me invade que me siento morir —les dijo—. Quédense aquí y vigilen.» Mc. 14:34 NVI Asco… sí, asco me provoca la cuota tan mínima de empatía que existe en el mundo cristiano frente al dolor ajeno. Y hablo del mundo cristiano porque sé que mi target de lectores son los cristianos, pero en general es una cuestión propia de nosotros como humanos. Hace unos días la noticia de un nuevo suicidio dentro de las filas ministeriales de la iglesia nos sacudió el alma. Andrew Stoecklein,
Read More