“La enfermedad mental siempre llega como una tormenta inesperada que puede descargar sobre cualquier persona. Nadie está libre de padecerla”.
Por desgracia existen muchos tabúes y falsas creencias que hacen de la enfermedad mental, algo temible, asociándola con la agresividad y la violencia.
Ante todo las personas con enfermedad mental, son eso, PERSONAS, con sueños, ilusiones y esperanzas, PERSONAS, capaces de amar, de ayudar, de agradecer, de trabajar, PERSONAS dignas, que no quieren ser invisibles ni rechazadas, PERSONAS valientes, capaces de enseñarnos muchas cosas, entre otras, que es posible sonreír a pesar de la adversidad.”
Con estas palabras se inauguraba en Cartagena la exposición “Bienvenido a mi realidad”, realizada por personas que padecen enfermedad mental, con el objetivo de explicar a través de la expresión artística en qué consiste su enfermedad.
Antes de compartir las ideas que recoge esta exposición, me parece necesario explicar, brevemente y a grandes rasgos, en qué consisten los trastornos mentales.
¿Qué es la enfermedad mental?
El término “enfermedad mental”, al que también podemos citar como trastorno mental o psicopatología (no psicopatía), es muy amplio, ya que incluye diferentes enfermedades que tienen su origen en un funcionamiento anómalo del cerebro.
Hoy en día sabemos que casi todo lo que decimos, sentimos, pensamos o hacemos es fruto de un complejo proceso cerebral. En las psicopatologías, estos procesos sufren alteraciones que afectan al razonamiento, al pensamiento, a los procesos cognitivos, al comportamiento, a la conducta, a las emociones, a la percepción de la realidad, a la motivación, al aprendizaje y al lenguaje. Se hace difícil pensar, sentir y actuar de forma “standar” si tu cerebro no funciona de forma “standar”.
Como he dicho, este “gran baúl” de las enfermedades mentales tiene dos compartimentos bien diferenciados: el de las psicosis y el de las neurosis; tal vez las primeras más graves que las segundas, porque conllevan una mayor desconexión de la realidad. En cualquier caso, cada enfermedad y cada persona que la padece son distintas y no se puede generalizar.
Sin entrar en detalles, quiero citar algunas psicopatologías para que nos familiaricemos con ellas y con el fin de normalizar palabras como esquizofrenia, trastorno bipolar, trastorno límite de la personalidad, trastorno esquizoafectivo, trastorno obsesivo compulsivo, fobia social, depresión, ataque de pánico… Es importante que las nombremos en voz alta y varias veces, porque así, poco a poco, iremos rompiendo el misterio que las envuelve y colaboraremos a romper el tabú.
En muchos casos, las alucinaciones, las ideas delirantes, las manías, la apatía, la euforia… son síntomas con los que cargan las personas con enfermedad mental y sus familias, con bastante sufrimiento y angustia, aunque gracias a la terapia, a la atención psicológica-psiquiátrica y a los fármacos, estas personas pueden llevar una vida normalizada.
Para visualizarlo de forma poética, a mí me ayuda el Salmo 107:
“…vagaban perdidos por el desierto… sin dar con el camino a una ciudad habitable…hambrientos y sedientos, la vida se les iba consumiendo…..afligidos y encadenados, habitaban en las más densas tinieblas…”
Que me perdonen los exégetas por sacar por completo este texto de su contexto, pero cuando leo este bellísimo salmo, siempre pienso que describe de forma brillante la esencia de la enfermedad mental.
“En su angustia clamaron al Señor y él los salvó de su aflicción. Los sacó de las sombras tenebrosas y rompió en mil pedazos sus cadenas. En su angustia clamaron al Señor, y él los salvó de su aflicción. Envió su palabra para sanarlos y así los rescato del sepulcro”.
Y esta segunda parte es mi oración por ellos al Señor. Aunque es cierto que la mayor parte de las enfermedades mentales acompañan a las personas que las padecen a lo largo de toda su vida, yo soy de las que sigue pidiendo “el milagro”, por supuesto, sin abandonar la medicación ni la atención terapéutica.
Habría mucho que decir de esta enfermedad tan difícil de entender y de asumir. Para continuar reflexionando, me gustaría hacer un recorrido por las obras de la exposición.
“Bienvenido a mi realidad”
A través de la pintura y la cerámica, los autores lanzaban mensajes. Las leyendas que acompañaban a cada obra no te dejaban impasible:
“LA ENFERMEDAD LLEGÓ COMO UNA TORMENTA INESPERADA”
Es así como ocurre el primer brote de una enfermedad psiquiátrica. Aparentemente eres una persona normal, pero por alguna razón, que suele ser un factor estresante, en un momento concreto, algo se quiebra dentro de ti y pierdes el contacto con la realidad. Pueden aparecer delirios, ideas inconexas, pánico…… nadie espera el aguacero que a su paso deja la desolación.
Existen factores que los psiquiatras denominan “vulnerabilidad”, como por ejemplo el consumo de tóxicos, los problemas en el alumbramiento, los traumatismos en la cabeza, factores hereditarios… pero nada de esto es determinante, podría tocarte a ti o a alguien cercano a ti.
“ANTES DE JUZGARME CAMINA EN MIS ZAPATOS”
Es el título de la segunda obra. Es fácil juzgar a la ligera, pero denota una gran irresponsabilidad y una falta tremenda de respeto hacia la persona juzgada. Es necesario conocer la enfermedad mental para empatizar con quienes la padecen.
“PON TUS MANOS EN LAS MIAS”
En esta obra, el bajo relieve de una mano te invita a poner la tuya encima… tocar a la persona que está enferma… como hizo Jesús, que no solo sanó al leproso sino que lo tocó, porque aunque era algo tabú (prohibido), las personas excluidas necesitan que se les toque, que se rompa el muro que las aísla.
“NO QUIERO SER INVISIBLE”
Cada vez que miramos a otro lado cuando vemos a esa persona extraña, rara, extravagante, desequilibrada…. lo estamos haciendo invisible. Es posible que sintamos miedo, pero ¿dónde está el origen de ese miedo? Los medios de comunicación nos hacen un flaco favor cada vez que asocian un acto violento con una persona que padece enfermedad mental. Nosotros mismos, cuando conocemos un suceso macabro, pensamos que el autor debe ser un loco. El estigma está instalado en nuestra forma de pensar, por eso sentimos rechazo y miedo.
Si nos paramos a pensarlo bien, las personas con enfermedad mental son más bien víctimas y no agresores. Víctimas de burlas, de prejuicios, de desprecio, de discriminación, de incomprensión, de exclusión… Combatir el estigma que les rodea es algo que les debemos. Hacerlos visibles es la mejor forma de acogerlos en una sociedad que solo quiere ver lo “normal”.
“MIRAME, EN TI ENCUENTRO QUIEN SOY YO”
Qué importante es, para cada ser humano, la mirada del otro. En una ocasión, que todos conocemos bien, Jesús se encontró con un joven rico (Marcos 10:21): “Jesús, mirándolo, lo amó”. Puedo imaginarme esa mirada, y quisiera que también fuera la mía al acercarme a una persona que sufre enfermedad mental. De todas las terapias que conozco, sin duda la más poderosa es el amor.
“YO TAMBIEN TENGO SUEÑOS”
Esta era la última obra de la exposición. ¿Con que soñarán las personas que padecen una enfermedad tan dura? Pues en primer lugar, evidentemente, sueñan con no estar enfermas, pero también tienen ilusiones como las nuestras. Tengo el privilegio de trabajar en un centro de personas con enfermedad mental, y en más de una ocasión les he preguntado cuáles son sus sueños. Ahí van algunos de ellos que cito literalmente: “tener novia”, “formar una familia”, “tener un trabajo normal”, “irme de viaje con alguien”, “tener amigos”, “ser bailarina”… Todos estos sueños tienen un denominador común: las relaciones humanas. Tal vez sueñan con ello porque es lo que les falta. Seguro que podemos hacer algo para que sus sueños de inclusión se hagan realidad.
Llevaban a Jesús a todos los enfermos… Marcos 1.32
Hay algo que quiero explicar, por la importancia que tiene para nosotros como creyentes. Es posible que tengamos algún conocido con enfermedad mental y que queramos compartir con él el evangelio. En este caso debemos saber que todo lo religioso, lo espiritual, lo trascendente, son temas especiales para ellos. En muchos casos, los enfermos mentales, especialmente los psicóticos, pueden brotarse al abordar la parte espiritual.
También puede suceder que al escuchar el mensaje, piensen en dejar la medicación porque Jesús les ha sanado. En general, las personas con enfermedad mental anhelan dejar de tomar su medicación porque les deja bastante apagados. Ellos están deseando agarrarse a algo para abandonar el tratamiento. Conozco casos en los que ha sucedido esto y las consecuencias han sido muy negativas. Por eso, antes de predicarle a una persona que padece enfermedad mental, procura asesorarte bien. Ten en cuenta cómo son, cómo entienden el mundo que les rodea. Hay algo que sí debes y puedes hacer con la mayor fuerza posible, trasmitirles y compartir con ellos los valores del Reino: el amor, el perdón, la alegría, la esperanza… Para esto no necesitas tomar precauciones.
Algunos datos interesantes
-El 25% de la población padece, a lo largo de su vida, alguna enfermedad mental.
-La enfermedad mental no es necesariamente hereditaria.
-Un 1 % de la población mundial padece esquizofrenia.
-Las enfermedades mentales afectan a todas las clases sociales.
-Enfermedad mental no implica tener un coeficiente intelectual bajo.
-Las psicopatologías no son un castigo por el cual sentirse culpable.
Sugerencias e ideas prácticas para conocer más de su realidad:
PELICULAS: “Una mente maravillosa”; “Ellin”
LIBROS: “Comprender la enfermedad mental”. Fernando Leal Herrero.
“Diario de una enfermedad mental”. Antonio Ramos Bernal.
RADIO: Siempre que puedas escucha “Radio la Colifata”. Es una emisora de radio que
emite desde hace más de 15 años desde Borda, un Centro Psiquiátrico de Buenos
Aires. Búscala en Google.
YOUTUBE: “Los rostros de la enfermedad mental” Es un documental.
APICES. Bienvenido a mi realidad. Podrás encontrar la exposición, un documental y una performance.
FEAFES: Es la Federación de las Asociaciones para personas con enfermedad mental y sus familias. Está en todas las provincias españolas. Puedes dirigirte a ella para cualquier consulta. Página web: www.feafes.org
“Llevaban a Jesús a todos los enfermos… y Jesús curó a muchos.” Marcos 1:34
Nos gustaría que fuera así también hoy en día. No entendemos el sufrimiento humano, pero sí sabemos que Dios puede acompañar y consolar a los que sufren; por eso mi oración no cesa de clamar por la recuperación, la calidad de vida y la aceptación social de este colectivo tan vulnerable.
- “Bienvenido a mi realidad…”: La enfermedad mental - 08/07/2014