(Dale Martin, Robert Gagnon, Jim Miller y William Loader)
Robert Gagnon (2001:303-339) proporciona una detallada reseña sobre la información lingüística en torno al término arsenokoitai y la interpretación de 1 Corintios 6:9 y 1Timoteo 1:10 en el que busca refutar las conclusiones de Dale Martin citando, además, varios textos no incluidos en el estudio de Martin. Gagnon traduce arsenokoitai de la forma más literal como “varones-cama [male-bedders]” (306), argumentando que tales traducciones -basadas en la etimología- (315, citando a David Wright 1984) indican que el término condena todos los actos de sexo entre varones, implicando el rechazo de aquellas interpretaciones/traducciones que limitarían los actos designados de ese modo a todos aquellos que involucran algún tipo de explotación sexual. Gagnon (2001:323) explica:
En el sustantivo compuesto arsenokoites (arsen=varon[es] + koites= cama[s]: el primer elemento varón[es] es el objeto, dado que en las combinaciones comparables de X-koites el primer elemento especifica el sujeto del acto sexual/dormir/cama (o su escenario / esfera) y el segundo elemento koites= cama[s] / el [los] que se acuesta[n] corresponde al sujeto (varón) , el [los] que se acuesta[n] que “encaman/inician el acto sexual con” el otro varón (arsen) como indica el hecho de que el sufijo es en koites es masculino (cf. Nissinen 1998; Boswell 1980:335-53).
Pero más adelante Gagnon afirma que “argumentar que Filón o Pablo estaban solamente preocupados por las relaciones de carácter explotador entre varones es equivalente a argumentar desde un oxímoron, porque para ambos, Filón y Pablo las relaciones entre personas del mismo sexo eran inherentemente explotadoras [las itálicas son mías]. Desde el momento en que un hombre toma a otro varón para acostarse con él está distorsionando y rebajando la identidad sexual de éste tal como fue creada y ordenada por Dios, independientemente de si la relación es completamente consensuada y no comercial” (311). Pero, si los términos sexuales para el sexo anal entre varones utilizados en la cultura patriarcal en la que vivió Pablo implicaban siempre explotación (un varón superior que penetraba a un inferior ya sea esclavo, jovencito, etc.) entonces, ¿cómo podría interpretarse a Pablo condenando el sexo anal entre varones de nuestra cultura actual que no se caracteriza por la creencia en la inherente superioridad del varón que penetra sexualmente a otro? Pablo podría haber condenado a todos aquellos que utilizaban burros para el transporte, pero tal cosa apenas proveería alguna base para creer que dicha prohibición podría ser aplicada en la actualidad para condenar a aquellos que utilizan el automóvil para trasladarse.
Haciendo referencia a la clásica refutación de James Barr respecto del “error etimológico” tan común en la literatura exegética y teológica de la época (The Semantics of Biblical Language, Oxford University, 1961:107-10), Martin nos recuerda que “la etimología de una palabra es su historia, no sus significados. La única forma confiable de definir una palabra consiste en analizar su uso en tantos contextos como fuere posible” (2006:39), aunque Gagnon no está de acuerdo con esta apreciación que cuenta con el consenso generalizado de los lingüistas modernos. Sin embargo, la gran cantidad de excepciones al caso puede sugerir que la etimología debería ser confirmada primero por el uso (como ocurre normalmente) pero nunca tomada como una guía fiable en sí misma. Como explica Martin, “resulta altamente precario tratar de establecer el significado de una palabra separándola en sus partes y tomando el significado de sus componentes para luego asumir sin evidencia que lo confirme, que el significado de la palabra completa es el resultado de la simple combinación de sus componentes” (2006:39; itálicas mías). Más aún, en el caso de arsenokoitês, la etimología (Griego “varón” + “cama”, ver LXX Lv 18:22; 20:13) sugeriría solamente actos de sexo anal entre dos varones y no actos sexuales entre varones en general. Mucho menos, actos sexuales entre mujeres o la orientación sexual de las personas involucradas (Saul Olyan 1994/97 Hanks 2011:27). Deberíamos notar que las citas de Levítico 18:22 y 20:13 ocurren en un contexto donde se condena el abuso incestuoso pudiendo hacer referencia al abuso de los padres sobre sus propios hijos varones (David Steward 2006:96-99 Hanks, Levítico).
1 Pablo encabeza su lista de vicios de 1 Co 6:9-10 con el término adikoi (injustos, opresores) y en 1 Ti 1:10, el único lugar de todo el NT donde arsenokoitês aparece después de Corintios, es precedido por una referencia a los prostitutos varones [pornois] y seguido por otra a los “traficantes de esclavos”, sugiriendo que arsenokoitês hace referencia a los nuevos dueños/clientes de los jóvenes prostitutos que fueron secuestrados y esclavizados (actos de explotación y opresión). En tal sentido, Martin sostiene que los usos post-paulinos más tempranos de arsenokoitês de la misma manera involucran explotación económica y violencia/abuso (como la esclavización de jóvenes para la prostitución). Por lo tanto, estos textos no hablan de relaciones consensuadas y amorosas entre adultos del mismo sexo (Loader 2012:330; cf. Gagnon 2011:332-36). Si Gagnon tiene razón en cuanto a que arsenokoitês se refiere a “todos los varones que participan en el rol activo de una relación homosexual” (2001:325), esto quiere decir que 1Ti 1:10 no condena a los participantes pasivos en el sexo anal.
1.1 En cuanto al uso de arsenokoitein en los Oráculos Sibilinos 2.73, Martin comenta que “El oráculo probablemente provee un uso independiente [itálicas mías; ver 4.5 más abajo] del término [arsenokoitês]. Esto ocurre en una sección que enumera actos de explotación e injusticia económica;…actos injustos…robo de semillas…arsenokoitein…traicionar información…asesinato… dar al trabajador su salario. No oprimir al hombre pobre…” (2006:40-41). Citando a Martin, William Loader explica que “entre las interpolaciones cristianas en el Libro 2 de los Oráculos Sibilinos el término arsenokoitein (2.73) aparece en un contexto comprendido por prohibiciones de engaño, perjura, robo, delación, asesinato, retener salarios y oprimir al pobre (2:68-74) y no en la lista de delitos sexuales (2:279-282) que es en todo caso donde podría esperarse” (2012:330).
Gagnon data los Oráculos Sibilinos en 165-45 AC (2001:317-18). Las complicaciones textuales presentes en los manuscritos de los Oráculos son infames. “En el original de Las Sentencias de Pseudo-Focilides, fuente de la larga interpolación, la prohibición de actos sexuales entre varones aparece dentro de un extenso pasaje sobre el sexo (Charlesworth 1985 II [580-8 vv. 175-206]). Martin cita la edición crítica de Charlesworth sobre lo textos conflictivos reconociendo los problemas de las variantes textuales. Martin mantiene además la evidencia del valor lingüístico independiente del texto que cita, puesto que “no existen razones para pensar que el texto es dependiente de Pablo o del Nuevo Testamento” (2006:40. Luego para Martin, la cuestión de la originalidad del texto (OrSib 2.73) es irrelevante para la evidencia de su valor lingüístico.
Sibylline Oracles, 200 A.C. – 700 D.C. (Charlesworth, ed.; I, 1983:317-472, J. J. Collins tr.) Book 2, vv. 1-230: “Extract from Pseudo-Phocylides,” pp. 346-48, vv. 56-149); ver notas j (346) y f2 (348); 2.73 ”Do not arsenokoitein (verbo) ; contexto: “Sobre la justicia”, abusos económicos.
The Sentences of Pseudo-Phocylides, 100. A.C. – 100 D.C. (Charlesworth, ed. II, 1985:565-82, pp. 565-82, vv. 1-230, P. W. van der Horst tr.: “pasion homosexual” [mejor: pasión homoerótica masculina] (p. 574, v. 3); “Marriage and Chastity” (vv. 175-206, pp. 580-81).
1.2 Hechos de Juan 36 [II:178; Siglo III]: “Tu que te deleitas en el oro, el marfil y las joyas… el ropaje suave … el asesino… el envenenador…adivino, atracador, estafador, y sodomita [arsenokoitês] el ladrón y toda esa banda” (Schneemelcher, ed. II : 178). Al respecto William Loader comenta: “La situación es similar en los Hechos de Juan 36. En ambos parece significar cierta clase de explotación económica, probablemente por medio del sexo” (2012:330 citando a Martin; Gagnon lo data en el siglo II 2001:318). Martin escribe: “Aquí también arsenokoitês aparece dentro de una lista de pecados relacionados con lo económico y la injusticia, deleite en el lujo, apropiación de lo ajeno, estafa… El énfasis a lo largo de esta sección se concentra en el poder, el dinero y la explotación injusta, no en el sexo probablemente haciendo referencia a alguna clase de explotación comercial nuevamente por medio del sexo” (2006:41). Pero Martin no habla de otra lista, sino que se refiere simplemente al párrafo precedente donde se denuncia el “adulterio” de los varones de Éfeso, “orgullosos de su hermosa figura” y también “ustedes, mujeres adúlteras” (35).
1.3 Loader escribe: “En una lista de ofensas [el Obispo] Teófilo de Antioquía [c. 115- c. 181] (Autólico [1.2]) tenemos el siguiente orden: adulterio y prostitución; luego robo, saqueadores, defraudadores, solo después ocurre arsenokoites, y en otra lista aparece después de adulterio y porneia y antes de codicia e idolatría” (2012:330; cf. Gagnon: segundo siglo 2001:318). Martin comenta: “arsenokoitai está separado de los pecados sexuales por tres términos que hacen referencia a injusticias económicas… Agrupándolo con pecados de índole económica, sugiere que refleja su comprensión del rol social al que hace referencia y su acierto retórico de agrupar los vicios por categorías… Más adelante, en el mismo trabajo arsenokoitai aparece en otra lista… Aquí el término agrupado con los términos precedentes podría ser entendido como un vicio sexual, o como un vicio de carácter económico si se le agrupa con los siguientes. Una posible explicación sería que significa en realidad las dos cosas: explotación económica por medios sexuales” (2006:42; énfasis mío).
1.4 Hipólito [c. 170 – c. 236] (Refutación de Todas las Herejías 5:26.22-23) reporta un mito gnóstico de acuerdo al cual el adulterio entró en el mundo cuando el ser diabólico Naas sedujo a Eva y la arsenokoitia cuando Naas poseyó a Adam “Como un chico (esclavo)” (Haer.5.26.22-23). Al respecto Martin comenta: “Deberíamos notar… el elemento de fraude y decepción aquí presentes. El lenguaje en torno al tratamiento de Adán por parte de Naas… que podría ser leído como tomando posesión de él como esclavo, podría connotar explotación y aún violación. El contexto permite una lectura de arsenokoitai implicando el uso sexual injusto y coercitivo de una persona sobre otra” (2006:42; Gagnon: “una alusión a la pederastia” (2001:318). Del mismo modo Jim Miller traduce: “eyaculado dentro de él como un jovencito” comentando que: “Este uso incidental de Hipólito nos proporciona el significado más explícito para el término paulino presente en 1 Corintios 6:9 y 1 Timoteo 1:10” (2010 18.1). Sobre la pederastia en los textos bíblicos y en la patrística temprana ver también a Robin Scroggs (1983), Irene Foulkes (1996).
1.5 En su Preparación para el Evangelio, Eusebio cita a Bardesanes, un escritor cristiano del tercer siglo (Martin refuta la interpretación que equipara arsenokoitês con “un favorito”; 2006:42-43; cf. Gagnon 2001:319). Gagnon cita además otros cinco textos que se refieren a arsenokoitês (ver más abajo) mayormente involucrando actos de rapto/secuestro (Zeus y Ganímedes) o intentos de violación en grupo (Sodoma).
Gagnon incluye cinco textos adicionales a los cinco básicos (200:319-22; ver 1.1-5 arriba):
1.6 Apología de Arístides (ca 125-45 D.C.) arsenokoitias 13.7; cf. 9:8-9 Zeus con muchas mujeres (humanas y divinas) + abducción de Ganímedes (Gagnon 2001:319-20); ver Loader (2012:330).
1.7 Siguiendo a David Wright (1984:320-21), Gagnon (2001:320-21) hace referencia a cuatro textos donde se usa el sustantivo abstracto arsenokoitia datándolo del siglo V o posterior: Orígenes (254 D.C.); Theodoret de Cyrrhus (ca.410); y Juan de Damasco –todos textos que Martin y Loader omiten por ser muy posteriores o muy débiles para afectar al argumento en cuestión.
1.8 En su Demostración del Evangelio (1.6.67), Eusebio (340 D.C.) se refiere al mandamiento de Moisés de no cometer arsenokoiten (probablemente una referencia a Lv 18:22; 20:13, pero cf. Boswell 1980:351 y la refutación de Gagnon 2001:323-324). Martin comenta que “Este uso del cuarto siglo sería menos importante como para establecer un significado muy anterior, quizá más específico del término… explotando a otros por medio del sexo” (2006:43).
1.9 Macario de Egipto (ca 425), en esta colección de homilías (4:22) los varones de Sodoma son acusados de “querer cometer arsenokoitia” (intento de violación en masa) con visitantes angelicales.
1.10 Aún más, las versiones más antiguas del Nuevo Testamento: Latina (siglo IV/V); Siríaca (ca. IV/V); Cóptica (varios dialectos) traducen los dos usos de arsenokoitai (1Co 6:9 y 1Ti 1:10) como varones que se acuestan (sexualmente) con otros varones (ver Latin masculorum concubitores). Al respecto Martin comenta: “Las traducciones más tardías proveen escasa evidencia confiable para conocer el significado del término en el contexto Griego del primer siglo” (2006:203, nota 19). Gagnon agrega (322, nota 119) “tres posteriores apariciones”: (1) Astrólogo egipcio Rhetorio (siglo VI); (2) La Anthologia Graeca, una colección de epigramas recordando una inscripción de Tesalónica en honor de un emperador Bizantino del siglo IX; (3) Penitenciales (Siglos IX / X), falsamente atribuidos a Juan el Ayunador, Patriarca de Constantinopla, 582-95 DC.
Loader (2012:331) cita, además, la Carta de Policarpo a los Filipenses 5:3 (107-08 DC; no mencionado por Martin):
3. De la misma manera también hagamos que los jóvenes sean intachables en todo; preocupándose en la pureza por encima de todo, y conteniéndose de lo malo; porque es bueno alejarse de la epithumía (exceso de deseo, codicia, lujuria) de las cosas del mundo, porque cada epithumía (exceso de deseo, codicia, lujuria) está en contra del Espíritu y ni los fornicarios (pornoi) ni los afeminados (malakoi) ni los sodomitas (arsenokoitai) heredarán el Reino de Dios ni todos aquellos que hacen cosas inicuas.
Sin embargo el texto de Policarpo simplemente cita 1 Co 6:9 que agrega escasa evidencia independiente respecto del significado de arsenokoitês y, en ese sentido, habría sido omitido entre las evidencias lingüísticas significativas. Fácilmente, en Policarpo los intérpretes pueden pasar por alto los matices del término epithumía (lujuria, o aún mejor codicia) como aparece en el Décimo Mandamiento según la LXX: “No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la esposa de tu prójimo o su esclava, o…” Ex 20:17 // Dt 5, donde “esposa” precede a “casa”). Los intérpretes pueden olvidar que en la Biblia la mujer/esposa era comúnmente considerada como la propiedad sexual de su padre que luego pasaba al esposo (Countryman 2007:144-228) de tal modo que cualquier contrato matrimonial no se realizaba con la esposa sino entre el novio y su suegro). Los lectores fácilmente presuponen una dicotomía entre los pecados “económicos” y “sexuales” (para más detalle sobre la codicia, ver Danker BDAG 2000:371-72; y especialmente Ro 13:8-10, donde “codicia/lujuria” se refiere a aquellos deseos muy fuertes que terminan haciendo daño al prójimo).
Obviamente aquellos textos más tardíos no afectan el caso de Martin sobre el significado de arsenokoitai durante los tres primeros siglos como actos que involucran abuso sexual. Martin, en efecto, desestima los textos más tardíos como irrelevantes: “No discuto otras apariciones del término… porque no veo posibilidad de que las mismas nos traigan luz acerca del significado de arsenokoitês en el primer siglo… Tales usos opacos y tardíos del término deberían ser dejados de lado hasta tener una evidencia más clara sobre su significado en relación al uso que se hacía en el primer siglo” (2006:203, nota 19).
Aunque los biblistas están un poco lejos de llegar a un consenso, Loader probablemente representa la opinión más representativa cuando escribe (2012:332): “En el balance….Pablo probablemente utiliza los dos términos [en 1Co 6:9] en referencia a varones que tienen relaciones sexuales [anales] con otros.”
Con la primera [malakoi, varones suaves], refiriéndose al actor pasivo voluntario, ya sea por consentimiento privado o como prostituto masculino, “aquellos que se someten a penetración sexual por parte de otros varones”
Y la segunda [arsenokoitai], refiriéndose a “aquellos que penetran sexualmente a otros varones, que podría tener una referencia más amplia que incluye la explotación también por la fuerza, aunque no se limitaría a ella”.
2 Acerca de 1 Timoteo 1:9-10
1Tim 1:9-10: una lista de vicios/lista de ofensas / en realidad es “una lista de pecadores” (Marshall 1999:377-78); ver los falsos maestros en 1:3-4; Tito 1:10-16; Gálatas 2:1-10; Romanos 1:18-32 :
8 Pero sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente.
9 Conociendo esto, que la ley no fue dada para el justo sino
[1-2] para los transgresores y desobedientes
[3-4] para los impíos/sin Dios y pecadores
[5-6] para los irreverentes y profanos
[7-8-9] para los parricidas, matricidas y homicidas
10 [10-11-12] para los prostitutos (m.), los varones-cama, los traficantes de esclavos
[13-14] para los mentirosos, perjuros –y para cuanto se oponga a la sana doctrina-
11 según el glorioso evangelio del Dios bendito, que a mí me ha sido encomendado.
De acuerdo con esta lista, los 14 pecadores aparecen en grupos: de 1 a 6 unidos por un “y”; 7-9 tiene un par obvio con el añadido de un término más general, “homicidas”; 10-12 señala tres tipos de pecadores involucrados en ofensas de propiedad sexual y 13-14 vuelve al comienzo con sinónimos sin el “y”.
Si negamos que #10-12 debe ser leído como un grupo de tres, entonces 12 (traficantes de esclavos) sería el único ítem en la lista sin vínculo con los demás. Pero si lo aceptamos como un grupo de tres, el significado de arsenokoitês (varones-cama) está obviamente afectado y, por lo tanto, deberá reconocerse como una conducta que involucra daño y explotación, tal como ha señalado Scroggs:
“Una de las razones por las que un jovencito apuesto o una mujer bella serían secuestrados es proveer esclavos para su uso en prostíbulos. Luego el secuestrador o traficante de esclavos es una persona involucrada en el comercio sexual, finalmente responsable del pornos, que es utilizado (su servicio) por los arsenokoitês. De este modo los tres términos encajarían juntos pudiendo traducir 10-12 como: “los prostitutos varones, los hombres que se acuestan [con ellos], los traficantes de esclavos [que proveen los prostitutos]”. Esto da sentido a los tres términos sucesivos [de 10-12] y debería ser considerado como una posibilidad sería” (Scroggs 1983:120, que agrega en su nota 23: “Si el término secuestradores no estuviese de algún modo relacionado con los dos precedentes sería único en esta lista, dado que todos los otros términos [que aparecen en 1Tim 1:9-10] tienen conexión, ya sea con la palabra anterior o con la siguiente”). Ver William Stacey Johnson 2006:50-133; James V. Brownson 2013:42-43; cf. Gagnon 2001:332-36; sobre pornos (prostituto masculino), cf. pórne, “prostituta/ramera”, persona que recibe un pago por servicios sexuales, Danker BDAG (2000:854-55).
Nissinen (1998:114) y Gagnon (2001) argumentan que “la ley” en 1 Ti 1:8-11 hace referencia a la ley de la Biblia Hebrea, lo que según su opinión “refuerza el vínculo entre arsenokoitês y las prohibiciones levíticas” (324, nota 120). Sin embargo, a la luz del estudio de Saul Olyan, Lev 18:22 y 20:13 exclusivamente hacen referencia al sexo anal varón-varón y no a todas las expresiones homoeróticas.
Por lo tanto, algunos esfuerzos tradicionales para procurar una base de apoyo que relacionaría la lista de 14 pecadores con los Diez Mandamientos en la referencia a la “ley” (nomos; 8-9), ha probado no ser convincente. En efecto:
Ítems 1-6 se podrían relacionar muy vagamente con los mandamientos # 1 -5
Ítems 7-8 combinan una referencia a los padres (#5) con no matar (#6)
Ítems 10-12 sólo se refieren a los varones y omiten el adulterio (#7)
Ítem 12 se refieren solamente a los secuestradores / traficantes de esclavos, no a las formas más comunes de apropiarse de lo ajeno.
La codicia (#10), lo mismo que el adulterio y la observancia del Sábado, es omitida, aunque muy enfatizada por Pablo en su resumen de los Diez Mandamientos (Rom 13:8-10).
Si reconocemos que 1 Timoteo tiene el objetivo de promover lo que es “sano” (la sana enseñanza), el lector moderno debería cuestionar la mejor manera en que las iglesias y sus miembros puedan experimentar relaciones verdaderamente sanas: ¿Prohibiendo toda clase de relaciones entre personas del mismo sexo? ¿O solamente cuando tales prohibiciones (lo mismo que en el caso de las relaciones heterosexuales) se limitan a conductas que hacen daño al prójimo? (Ver Rom 13:8-10).
De la misma manera que la inclusión de los “traficantes de esclavos” ataca una práctica abusiva pero no implica el rechazo de la institución de la esclavitud, así la inclusión de los “varones-cama” en relación con los prostitutos masculinos y los traficantes de esclavos ataca exclusivamente los actos sexuales homoeróticos abusivos y no las relaciones sexuales entre varones en general (ver Harrill: “Mientras el uso de andrapodistai [ladrones de varones] en la lista de vicios de 1Ti 1:9-10 sirve para atacar adversarios [de la fe], no tiene como objetivo atacar la institución o ideología de la esclavitud” 1999:120). No sabemos lo que el autor de 1 Timoteo pensaba sobre estas cuestiones, pero la inspiración ciertamente se refiere a lo que los escritores bíblicos enseñaron, no a lo que pueden haber pensado (2 Ti 3:16-17).
Conclusión
Ciertos textos concernientes a la mujer son, de forma similar, problemáticos para el lector moderno. Willam Loader (2012:379) cita a Judith Gundry-Volf (997:165) sobre 1Cor 11:2-26: “Una lectura igualitaria consistente del pasaje es…excluida por el innegable patriarcalismo del marco argumentativo” [ver la referencia de Pablo a un presunto universo jerárquico: “Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo” (1Cor 11:3; Loader 369). En realidad Pablo mismo nos provee lineamientos útiles con el fin de extraer normas de conducta relevantes para tales textos problemáticos cuando cita los Diez Mandamientos concluyendo con: “Ama a tu prójimo como a ti mismo [Lv 19:18]. El amor no hace mal al prójimo. Por lo tanto el cumplimiento de la ley es el amor” (Ro 13:8-10). La historia de la iglesia está atestada de ejemplos de lecturas fundamentalistas y literalistas de textos que se usaron para infligir inmenso daño a grupos minoritarios y débiles –lo mismo podría decirse de otras religiones e ideologías con sus propios escritos autoritativos. Textos aislados tradicionalmente utilizados para promover marginalización, opresión y violencia contra los pobres, esclavos, inmigrantes, científicos de avanzada, mujeres y minorías sexuales necesitan ser interpretados cuidadosamente a la luz de las normas bíblicas trascendentes de justicia, sabiduría y amor (James V. Brownson 2013). De otro modo simplemente terminamos desacreditando las fuentes que citamos y que buscamos honrar, y ciertamente no nos sorprenderá comprobar que las mismas dejen de ser respetadas o directamente ignoradas como irrelevantes para dar respuesta a cuestiones de actualidad.
Después de repasar la evidencia, Gagnon concluye: “Dadas las múltiples ocurrencias, es sorprendente la falta de voluntad de Martin para admitir que arsenokoitês se limita a todas las conductas homosexuales” (2001:323). No obstante, después de repasar toda la evidencia, Martin concluye: “Admito libremente que podría haber sido tomada como una referencia al sexo homosexual” (2006:43). Obviamente aquellos textos más tardíos no afectan el caso de Martin sobre el significado de arsenokoitai durante los tres primeros siglos como actos que involucran abuso sexual. Martin en efecto desestima los textos más tardíos como irrelevantes: “No discuto otras apariciones del término… porque no veo posibilidad de que las mismas nos traigan luz acerca del significado de arsenokoitês en el primer siglo…. Tales usos opacos y tardíos del término deberían ser dejados de lado hasta tener una evidencia más clara sobre su significado en relación al uso que se hacía en el primer siglo” (2006:203, nota 19). Martin concluye con una humildad no siempre característica de aquellos que han tratado de escribir sobre el significado de arsenokoitês: “No estoy reclamando saber lo que significa arsenokoitês. Pero sostengo que nadie sabe que es lo que significa… y dada la escasa evidencia y los variados contextos en los que arsenokoitês parece referirse a cierta clase de explotación económica no deberíamos permitir que nadie afirme que “por supuesto” el término significa “hombres que tienen sexo con otros hombres” (2006:43)
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Nota: Este artículo del Dr. Tom Hanks será parte de la nueva edición de su libro “Biblia y prejuicios: 40 mitos – Critica de la manipulación homofóbica”. Nos ha sido generosamente entregada por el autor para publicarla en Lupa Protestante como la Primera Respuesta de la la Red Latinoamericana contra la Homofobia (RELACH) a la invitación del Dr. Juan Stam de continuar el diálogo con argumentos exegéticos sobre la interpretación de la palabra Arsenokoites. Es nuestro deseo seguir la conversación que esperamos nos beneficie a todas y a todos en la búsqueda de la justicia, la solidaridad, y la igualdad en la comunidad amada de Dios.
- Arsenokoites: ¿abuso sexual/explotación? - 25/07/2014