“Esta decisión no obedece a exigencia de nadie. Es una decisión propia, expuesta ante mi familia, Dios y ratificada por mi conciencia (1 Co 4,1-4). Lo único que busca es la paz y mi tranquilidad emocional. No quiero vivir gobernado por el miedo o temor al pensar cómo unos asuman o interpreten lo que digo o escribo cuando actúo con limpia consciencia. Si esto ayuda a no afectar la imagen de mi querida iglesia, lo asumo”[1].
Con parte de este texto concluía mi relación con la organización religiosa a la que pertenecí por más de 20 años. Sin duda una de las crisis más determinantes en mi vida por todo lo que involucraba: proyectos, afectos, entrega, estabilidad, trabajo, sueños y esperanzas. Topé fondo con la crisis, hasta los tuétanos; pero en su fecundidad me permitió reflexionar en las dinámicas de poder de las organizaciones religiosas, sus contradicciones, su tratamiento con lo humano, el juego de tronos, en cómo el discurso de amor y cuidado se negocia por intereses institucionales.
Los textos que escribimos son provocados, por lo tanto, carecen de esa pretendida objetividad inocua; tienen espíritu, están imbuidos de humanidad y de indómita subjetividad. Algo los impulsa, los motiva, los genera, tienen intención, y se aferran a los hechos[2], a una nueva creación. Detrás de un texto, hay más que palabras.
He escrito algunos libros, todos surgidos desde las entrañas del amor, el interés por contribuir a una fe madura y un compromiso cristiano auténtico con la vida y el evangelio de Jesús[3]. Ahora, con el libro Cuentos teológicos, muestro las fisuras de los sistemas religiosos machistas y presento una invitación al cambio y la renovación.
Esta propuesta tiene como trasfondo la metáfora del vientre y el sentido del cuidado expresado en los testimonios de las mujeres y su protección por la vida. Releo los relatos del evangelio con su talante de novedad incontenible y me atrevo a re-imaginar otras posibilidades, nuevos relatos. Nuestra querida Joana Ortega-Raya lo captó muy en el Prólogo al decir que: “Lo que se nos propone en este libro no es, nada más ni nada menos, que el intento de recontar, es decir, de contar de nuevo, las viejas historias, pero desde un nuevo lugar: el vientre como dignificación de la vida humana, plenamente humana.”[4]
Pero sentí que esta tarea no debía ser asumida en solitario, y me cobijé con la amistad. Invité a algunos amigos y amigas a escribir cuentos. Conozco a algunos de los escritores y escritoras con quienes hemos compartido distintos momentos, a otros no tengo el placer de conocerlos personalmente, pero al compartir diálogos y textos, fue como si ya nos conociéramos, no sé si en esta vida o en otra. Gustosos aceptaron y juntos hemos producido 26 cuentos escritos por 22 autores de distintos lugares de América Latina, El Caribe y Europa.
Los cuentos se inspiran en relatos de la Biblia con los que comenzamos a considerar otros horizontes, nuevas perspectivas. Utilizamos distintas técnicas de escritura creativa como la historia inventada, el relato fantástico, historia invertida, la novela, ficción y elementos disruptivos en diálogo con las vivencias cotidianas.
Hay cuentos de diferentes estilos, exquisitos por su belleza literaria y planteamiento creativo, como los que presentan Juan Esteban Londoño, Alvin Gongora, Samuel Lagunas, Hugo Oquendo y Ángel Manzo. Cuentos más apegados a la narrativa bíblica con una pincelada de imágenes, colores y efectos sentipensantes como los de Nicolás Panotto, Tomas Castaño, Jimmy Sarango, Eduardo Vega; y aquellos que surgen de experiencias pastorales sangrantes como los que escriben Ignacio Simal y Hernán Dalbes.
Varias compañeras están presentes con sus cuentos: la mexicana Gabriela Miranda; las colombianas Cristina Hincapié, Cristina Giraldo, Fernanda Rojas. Tenemos a Brenda García de El Salvador, las cubanas, Daylins Rufin y Marieta Machado; de Costa Rica, Karoline Mora; de Chile, María José Rivera; y las ecuatorianas Dayse Villegas y Tatiana Mendoza. Todas con cuentos extraordinarios que cautivarán al lector.
Atreverse a pensar lo imposible puede considerarse iluso en estos tiempos de pandemia; pero si lo analizamos bien los apocalipsis que conocemos en los relatos bíblicos nacieron a partir de esas crisis profundas de impotencia e imposibilidad de los pueblos. Los hechos que hoy consideramos como ejemplos y hazañas, surgieron de ese pensar lo imposible como posible, ese reimaginar.
En este libro nos encontraremos con cuentos que asumen temas tan actuales como la violencia de género, el liderazgo destructivo, el abuso sexual, las luchas de poder, las relaciones de sumisión, el prejuicio, los temores de una masculinidad diferente, el cuidado de las personas, el trato con las diferencias, la ternura y la imagen de un Dios severo, los discursos de dominio, el menosprecio por las mujeres, la voz opacada de la niñez, el rol de las comunidades ante sus integrantes, las pugnas y celos, entre otros temas apasionantes.
El tema del poder está muy latente en los cuentos, pero tal vez podemos reírnos un poco de ello, como lo hago con un cuento llamado Diótrefes. Estamos cansados y desilusionados de tanto abuso y daño que el rostro masculino religioso ha hecho a miembros de iglesias que lo único que anhelaban era un lugar de cuidado y protección.
Hablar de cuentos teológicos desde la perspectiva cristiana nos acerca a algunas de las técnicas retóricas del judaísmo y de los pueblos mediterráneos; por ejemplo, la parábola, usada tantas veces por Jesús de Nazaret. En este sentido, ofrecemos cada uno de los cuentos de este libro como una parábola, ya que, por más inofensivos que parezcan, se encuentran preñados de contenido existencial y novedad evangélica: vino nuevo imposible de retener con esquemas caducos y que exigen una renovación de la mente y el corazón.
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[1] Solicitud de desvinculación. Guayaquil 29 de diciembre de 2018
[2] Austin, J. L. (1962). Cómo hacer cosas con palabras. Barcelona: Paidós.
[3] Ser y quehacer de la iglesia, Iglesia verde, Teología apasionada por la vida, Biblia, Teología y ministerios en contexto, Jesús antes del cristianismo.
[4] Manzo, A (2021). Cuentos teológicos: reimaginar desde el vientre. Buenos Aires: Ediciones JuanUno.Buenos Aires: Ediciones JuanUno.