Diez: el revés de la trama
Autor anónimo
UNO: sos hermane de alguien cuya ofrenda le agrada más a Dios que la tuya. Mientras te reventas trabajando la tierra, tu hermanito menor es el preferido de papá.
DOS: para vos no hay ropas nuevas mientras que a él le compran la camisa más cara de Tascani o la mejor cartera de Louis Vuitton. Luego de que tu hermanito pasa una temporada en la cárcel, lo eligen presidente. Al reencontrarse con vos, rapta al último de tus hermanos. Se mofa del anciano que tanto lo cuidó. Dios, encima, lo premia.
TRES: tu esposa te dice que la violaron, que la molieron a palos y gozaron con eso. Lo único que querés hacer es denunciarlo, querés que termine en la cárcel. Pero parece que el Dios de él lo sigue protegiendo.
CUATRO: estás muerte de hambre y miedo y solo crees que vender tu lugar en la familia te va a sacar de esa tragedia. Pasaste a la historia como un “aborrecible”.
CINCO: Dios te eligió para ser rey o reina y cuando te equivocás, ese mismo Dios te da la espalda y le regala el reino a un pibe rubio y bien machito que, además de enamorarse de tu hijo, mandó a matar al esposo de una chica que le gustó, mientras la espiaba bañándose.
SEIS: tenés lo que querés porque tu marido y vos laburaron toda la vida. Viste el fruto de ese esfuerzo y te sentiste inspirada por la fidelidad de tu amado. Incluso varias veces él te recriminó tu falta de esperanza en el todopoderoso. Ves la injusticia en el mundo y solo te aferrás a creer fuerte como tu compañero. Pero de pronto un cáncer terminal lo carcome, o la lepra o una enfermedad cerebrovascular. Se empiezan a quedar sin nada: ni hijos. Sentís que el Señor te abandonó, pero peor aún, abandonó a quien confiaba tanto en él. Solo querés que tu marido deje de sufrir. Ves sus heridas y no lo podés soportar. Pensás que morir es una liberación para él y para vos. Dios tiene que ser maldecido. No hay otra salida.
SIETE: cocinaste todo el día y te duelen los huesos, porque la humedad acecha. Te corren miles de gotas de sudor por el rostro, mientras tu hermanita descansa a los pies de tu maestro. Y, para colmo, él te dice que lo que estás haciendo no es lo más importante.
OCHO: te subiste a un crucero para dar alabanzas a la creación. Se desata una tormenta, casi un tsunami, y quien dice que va a cuidarte te reta porque sentiste la emoción más humana de todas: el miedo.
NUEVE: estás al borde de la quiebra, nadie te entiende. Sos el male de tu grupo. El chivo emisario. Te llaman los milicos y te dicen que traiciones a tu amigo. Te van a pagar. Temes que, si no lo haces, no solo no te paguen, sino que atenten contra vos. Lo entregás, pero tu dolor es tan grande que acabás con tu vida, solo para que después de muerto digan que te suicidaste, aunque no te arrepentiste.
DIEZ: le mentís a la policía diciendo que no conocés a quien te formó. Sabés que él es un subversivo y lo van a matar. Te aterra dejar sola a tu familia. Se te rompe el corazón porque tu amigo ya se había dado cuenta de que lo ibas a hacer. Te lo advirtió, pero vos no pudiste creer que ibas a hacer algo así.
1,2,3,4,5,6,7,8,9,10: te sabes humane. Y aunque pases a la historia como el ejemplo de lo que no hay que ser o hacer, definitivamente te elogio por ser quien sos.