Posted On 06/12/2017 By In Biblia, portada With 3877 Views

El camino de las estrellas y los sueños | Ignacio Simal

¿Dónde está el rey de los judíos?” (Mat. 2:2)

Algo que llama la atención al leer la narración que el Evangelio de Mateo nos presenta en su capítulo dos, es el protagonismo que se le concede a la estrella y a los sueños de sus protagonistas, los magos de oriente y el padre de Jesús. Los sueños, según Mateo, indican el camino que deben seguir los comprometidos en la construcción de un mundo nuevo.

Sin duda, en la narración está implícito el hecho de que el inconsciente de los magos y del propio padre de Jesús estaba trabajando “a cien por hora”. En el caso de los primeros, la estrella y su sueño, les indican un camino contrario al que se dirige a la ciudad de Jerusalén, y en el caso de José, su sueño, le indica la necesidad de huir a Egipto a fin de proteger a Jesús y a su madre de la crueldad de Herodes, para posteriormente –después de muerto Herodes- señalarle el regreso a casa.

Me fijaré en esta ocasión en la narración de los magos (Mat. 2:1-12). Parece que el texto mateano nos exige que hagamos nuestra la estrella y los sueños de los protagonistas de su narración, ya que muestran un arquetipo que aspira a ser colectivo en aquellos y aquellas que tratamos de seguir a Jesús de Nazaret. Un arquetipo  que marca el camino que no debemos andar o, de haberlo transitado, debemos desandar.

Si en un primer momento los hombres sabios se dirigen a Jerusalén pensando que allí van a encontrar  al rey que la estrella les anunció, todo resulta en un tremendo fiasco. El rey que buscan no está en Jerusalén. Herodes se turba, y toda Jerusalén con él. Convoca a los intelectuales-teólogos del centro de poder religioso a fin de que traten de dar una explicación al anuncio hecho por los magos. La estrategia es clara. El poder desea saber dónde se encuentra ese rey que compite con él a fin de eliminarlo (2:16). El Mesías-Rey debe nacer en la aldea de Belén, afirman los intelectuales al servicio del todopoderoso Herodes. Queriendo éstos rendir un servicio a Herodes, hacen un tremendo favor a los confundidos magos. Éstos desandan el camino en dirección a Belén.

Una vez que los magos se han recompuesto y deshecho de la contaminación lumínica de los centros de poder político y religioso, desandan el camino y se dirigen a los márgenes sociales representados por Belén. A partir de aquí la desaparecida estrella vuelve a hacerse visible y a guiarles de nuevo. Todo toma cuerpo. El rey que buscan habita en un humilde casa de la aldea de Belén. Allí, postrados, le rinden homenaje y le ofrecen los presentes que traían de lejanas tierras.

Una vez homenajeado el rey de los judíos, cobra protagonismo el sueño. Y su inconsciente de los magos, utilizado por Dios, les advierte que ya no es necesario pasar por el centro de poder, sino mas bien pasar de él a fin de realizar su seguimiento del Mesías, en palabras del escritor de la carta a los Hebreos, “fuera del campamento”. Los magos, burlando a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino alejado del centro de poder representado por Jerusalén.

La estrella y el sueño de los magos, en mi opinión, vienen a decirnos que el mundo nuevo irá amaneciendo en la medida que nuestra militancia cristiana ande alejada tanto de los centros de poder político y religioso como de los intelectuales que mediante la fundamentación y justificación ideológico-teológica sancionan una forma de sociedad o de ser iglesia que los príncipes de este mundo publicitan como la única legítima y posible.

¡Debemos seguir el camino que nos marcan las estrellas y los sueños! Ellos nos alejan del anti-reino y nos encaminan al Reino que anunció Jesús de Nazaret. Eso es lo que nos sugiere, entre otras cosas, la narración mateana. Hagámosle caso.

Imagen cabecera: Wikipedia  23/12/10

Ignacio Simal Camps
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