Para los amantes de la historia religiosa de Estados Unidos y concretamente del movimiento evangélico, George M. Marsden siempre ha sido una guía segura y tan amena de leer como una novela policiaca. Indispensables son sus obras Reforming Fundamentalism. Fuller Seminary and the New Evangelicalism (1987); Understanding Fundamentalism and Evangelicalism (1991); The Outrageous Idea of Christian Scholarship (1997). A él hay que sumar Mark A. Noll, The Scandal of the Evangelical Mind (1995); y James D. Hunter, Evangelicalism. The Coming Generation (1987). Todos ellos nos ofrecen un cuadro muy realista de los logros y desafíos del evangelicalismo en su búsqueda de espacios de credibilidad y solvencia académica.
En busca de la excelencia y la revelancia
Muchos miembros de la generación que siguió a aquellos que presentaron batalla a las ideas liberales en teología presentando un frente unido en torno a una batería de creencias fundamentales, instalados ya en una sociedad económicamente desahogada, haciendo posible el acceso a un mayor número de jóvenes a los estudios superiores, comenzaron a sentirse incómodos con la herencia eclesial recibida en lo que tenía de anti-intelectual y de espaldas a los problemas sociopolíticos del momento. El evangelista Billy Graham, la estrella ascendiente del evangelicalismo estadounidense de la época, sentía como una carencia lamentable su falta de estudios académicos y por eso valoró como pocos de sus compañeros la necesidad de formar líderes intelectualmente educados, a ser posible en las universidades de prestigio del país, de modo que pudieran ser competentes y relevantes tanto hacia los de afuera como a los de dentro, con la capacidad de ofrecer respuestas inteligentes a las inquietudes de la sociedad, sin dejar de estar comprometidos con los credos del cristianismo histórico. El resultado fue la formación de una nueva generación evangélica con estudios académicos en historia, filosofía, sociología, ciencias de la naturaleza y otras disciplinas universitarias, dispuesta a glorificar a Dios en estos campos, y dar respuesta a los jóvenes en los dilemas éticos e intelectuales que les planteaba la educación superior que, en muchos casos, suponía la pérdida de la fe coincidiendo con su acceso a la universidad. Fue la época de lo que Richard Quebedeaux saludó como The Young Evangelicals (1974), y que en la actualidad Robert E. Webber los llama The Younger Evangelicals (2002), más pragmáticos que sus predecesores y muy diferentes a sus padres en cuanto a la fe y la práctica eclesial.
En un primer momento, esta renovación evangélica de carácter académico, intelectual y teológico, pretendió evitar las estrecheces de miras y el escándalo del anti-intelectualismo de muchos fundamentalistas del pasado y pelear la batalla por la mente americana. En la actualidad es frecuente encontrar líderes evangélicos conservadores, pastores y profesores de seminario, con doctorados en prestigiosas universidades como Yale, Princeton o Harvard. Es el caso de nuestro hombre, Peter Enns.
Inerrancia y encarnación
¿A cuento de qué este Peter Enns, quién es, qué representa? No es un personaje muy conocido en nuestro mundo de lengua española. Que yo sepa solo uno de sus libros menores, escrito juntamente con Jared Byas, ha sido traducido y publicado en castellano[1]. Peter E. Enns es oriundo de Nueva Jersey (1961), hijo de padres inmigrantes germano-estadounidenses, con un doctorado en Lenguas y civilizaciones del Cercano Oriente, por la Universidad de Harvard (1994), aparte de sus estudios teológicos y bíblicos en diversos seminarios protestantes. Enns pasó a formar parte del prestigioso Seminario Teológico de Westminster (Filadelfia), donde impartió clases de Hermenéutica Bíblica y Antiguo Testamento. Decano Académico Asociado de 1998 a 2001; presidente del Comité de Campo de Hermenéutica y editor del Westminster Theological Journal (2000-2005). Toda una brillante carrera y muy respetable dentro del mundo evangélico conservador.
Pero había un problema. Peter Enns, como muchos otros de su misma mentalidad, se tomó eso de que “la verdad es lo que importa por encima de todas las cosas; que la fe no tiene nada que temer de la razón; que hay que estudiar todos los temas con objetividad y libertad”. ¿Qué otra cosa podía hacer un heredero del libre examen y de la búsqueda de la excelencia académica?
En 2005 dio a la prensa su libro Inspiration and Encarnation, un estudio accesible —que correspondía a sus 14 años de enseñanza en el Westminster— donde presenta una afirmación evangélica de la autoridad bíblica a la luz de las cuestiones planteadas por la naturaleza del texto del Antiguo Testamento y su medio socio-cultural. Enns estaba bien calificado para su trabajo. Además de su cátedra en el Westminster, era miembro de la Society of Biblical Literature y también es miembro del Institute for Biblical Resarch, donde sirvió en la junta directiva de 2004 a 2007 y en el comité editorial del Bulletin for Biblical Research de 2002 a 2004. En su libro Inspiration and Encarnation, Enns analiza tres preguntas planteadas por los eruditos bíblicos que parecen amenazar los puntos de vista tradicionales de las Escrituras. Primero, considera la literatura del antiguo Cercano Oriente que es similar a la Biblia. En segundo lugar, analiza la diversidad teológica del Antiguo Testamento. Finalmente, considera cómo los escritores del Nuevo Testamento usaron el Antiguo Testamento. Basado en sus reflexiones sobre estos temas contemporáneos, Enns propone un modelo encarnacional de autoridad bíblica que toma en serio los aspectos tanto divinos como humanos de las Escrituras. Las reseñas de la revistas especializadas fueron bastante elogiosas: “Peter Enns es digno de admiración por adentrarse en aguas teológicas profundas para luchar con los desafíos que los evangélicos dejaron sin respuesta… Este libro es útil de varias formas. Primero, Enns está escribiendo expresamente un texto que se dirige al cristiano promedio. Proporciona una visión general clara del campo que rodea las preguntas básicas, presenta referencias y ejemplos de muchos descubrimientos arqueológicos de los que la gente puede haber oído hablar, pero nunca ha visto, y desglosa los problemas en esquemas numerados. En segundo lugar, Enns ha tenido cuidado de restringir su campo de investigación para que se puedan proporcionar ejemplos que permitan al lector considerar sus perspectivas a la luz de textos reales. En tercer lugar, los comentarios entre paréntesis y la reafirmación de puntos importantes facilitan la capacidad de un lector lego para captar y retener la discusión… La combinación de los datos proporcionados, los problemas considerados y las preguntas posteriores planteadas hacen de esta monografía una herramienta de gran potencial para facilitar discusiones importantes sobre la inspiración y las Escrituras dentro de la iglesia y dentro del aula” (Michael Eschelbach, Journal of the Evangelical Theological Society).“Proporciona una sólida comprensión de la autoridad bíblica que da cuenta de la naturaleza de los fenómenos de las Escrituras, como lo ven la mayoría de los eruditos bíblicos evangélicos y reformados en la actualidad. Por lo tanto, la Inspiración y Encarnación de Enns debe ser aplaudida por su contribución a la formulación de una sana doctrina de la Biblia… Este libro es una lectura obligada para cualquier erudito, particularmente evangélico y / o reformado, que se preocupe por la interpretación bíblica y su relación con la teología. Sospecho y espero que genere un debate y una discusión apasionada” (Tremper Longman, Modern Reformation).“Cuando un erudito evangélico como Enns, que enseña en un seminario evangélico, un miembro fiel de su iglesia local, escribe: ‘No parece haber reglas o pautas claras que nos impidan llevar [el proceso de interpretación de las Escrituras] demasiado lejos’, debemos reconocer esto como una declaración honesta y veraz de las dificultades en lugar de una puerta abierta al caos. Significa, al final, que debemos tomarnos en serio la encarnación. . . Enns nos anima a reconocer el Antiguo Testamento por lo que es: la antesala de la Encarnación, el campo de práctica donde nos enfrentamos cara a cara con la verdadera dificultad de creer que Dios vino a la tierra” (Susan Wise Bauer, Books and Culture).“La insistencia de Enns en dar cuenta de los fenómenos reales del texto bíblico es loable, y este volumen muestra claramente que, sea lo que sea lo que signifique ‘inspiración’, no significa que la Biblia no debe ser absolutamente única ni que debe hablar con una sola voz sobre todos los temas… Inspiración y Encarnación recompensa una lectura cuidadosa y crítica y constituye un paso muy útil hacia una doctrina de inspiración completamente bíblica” (R. Christopher Heard, Restoration Quarterly).Y así podríamos seguir sumando opiniones favorables tomadas de diferentes Journals teológicos. Con tan buenas recomendaciones de expertos en la materia, todo nos podría llevar a pensar que Enns sería felicitado y aplaudido por su alma mater. En su obra, Enns hace notar que los evangélicos comúnmente adoptan una postura defensiva ante nuevas ideas, y que tales defensas son “intentos de aferrarse a una idea cómoda a pesar de la evidencia que hace que tales ideas sean problemáticas. Es precisamente la ineficacia de ciertas formas de pensar acerca de la Biblia lo que a veces puede causar una disonancia cognitiva significativa para los cristianos que aman y quieren aferrarse a su Biblia, pero que también sienten el peso de ciertos tipos de evidencia [en sentido contrario]”[2].Enns pone de manifiesto que la Biblia está redactada de tal manera que muchas partes no parecen muy «inspiradas», sino más bien demasiado «humanas». Para explicar esta circunstancia, Enns aboga por una comprensión «encarnada» de la Biblia como una forma de tomar en serio este tipo de desafíos. Este modelo establece una analogía entre Jesús y la Biblia: “De la misma manera que Jesús es, debe ser, tanto Dios como hombre, la Biblia es también un libro divino y humano”[3]. La Biblia no es “un libro abstracto, de otro mundo, caído del cielo. Estaba conectado y, por lo tanto, hablaba con esas culturas antiguas … precisamente porque el cristianismo es una religión histórica, la palabra de Dios refleja los diversos momentos históricos en los que se escribieron las Escrituras ”[4]. Enns siente que los problemas planteados por la “dimensión humana” de la Biblia para muchos evangélicos «tienen menos que ver con la Biblia misma y más con nuestras propias ideas preconcebidas» de cómo la Biblia “debería” ser. Enns aboga por un modelo de encarnación para ayudar a los evangélicos a reorientar sus expectativas de las Escrituras y así llegar a un acuerdo con nuevos desarrollos en su comprensión de la Biblia. Enns ponía así el dedo en la llaga del protestantismo conservador, la cuestión de la inerrancia bíblica, entendida no fenomenológicamente, a posteriori, desde los datos de la misma Biblia, sino a priori, como una doctrina legada por una tradición respetable e incuestionable, cualesquiera que sean los datos que lleven a cualificar el alcance y naturaleza de la inerrancia. Ciertamente la inerrancia pertenece a esa herencia doctrinal común a todas las iglesias cristianas desde los días de los apóstoles. Pero, qué duda cabe que la comprensión de la misma y su alcance ha variado con el tiempo, especialmente en el último siglo debido a los avances de la ciencia natural y las ciencias bíblicas. Pero, claro, en el evangelicalismo, por más excelentemente académico que pretenda ser, siempre tropezará con aquellas tradiciones centenarias que se remontan a sus momentos fundacionales, que se consideran la expresión más correcta de la ortodoxia bíblica. No es que la que la inerrancia bíblica no sea verdad, ni que Enns pretendía negarla, sino que tiene que encararse con rigor y honestidad a la luz de datos más indubitables que nos arrojan la historia antigua y la ciencia moderna.
Polémica en el Westminster y destitución de Enns
El Westminster Theological Seminary es una institución muy respetada en el mundo académico evangélico, pero hay cosas que ponen nerviosos hasta a los académicos más flemáticos, sobre cuando su fidelidad se debe más a un credo que a la búsqueda honesta de la verdad. El caso es que Peter Lillback, Presidente del Westminster reunió en su despacho a Peter Enns para explicarle una seria preocupación. Tu libro, vino a decirle, “ha llamado la atención del mundo [religioso], y vemos que hay estudiosos que aman este libro y estudiosos que lo han criticado muy profundamente… Tenemos estudiantes que lo han leído y dicen que los ha liberado. Tenemos otros estudiantes que dicen que está aplastando su fe y alejándolos de su esperanza. Tenemos iglesias que lo están considerando, y dos presbiterios han dicho que no enviarán estudiantes a estudiar con el profesor Enns aquí”. Imagino que Peter Enns se quedó de piedra, pero donde prima el “sacerdocio de todos los santos”, que se callen los doctores, que es de todos conocido lo que les gusta especular con la fe y ser más atrevidos de lo que es conveniente. Lillback inició una serie de reuniones regulares de profesores para discutir sobre Enns y su libro. Esas reuniones, moderadas por Lillback, se llevaron a cabo durante un período de dos años y llevaron a la preparación de dos informes escritos, bajo la dirección de Lillback, para ayudar a la facultad a determinar si Enns violó o no su juramento de lealtad a la Confesión de Fe de Westminster, de obligatoria obediencia por la Facultad. Para resumir, El 26 de marzo de 2008, la Junta de Síndicos del Westminster votó 18 a 9 para suspender a Enns de su cargo a partir del 23 de mayo de 2008. Aunque la Facultad votó 12 a 8 que el trabajo cae dentro de los parámetros de la Confesión de Fe de Westminster, el presidente de la Junta dijo que la mayoría de los miembros de la Junta en ese momento sentían que el libro era incompatible con la Confesión. A partir del 1 de agosto de 2008, Enns y el seminario acordaron separarse[5]. Ocho profesores dimitieron también en solidaridad con Enns y como protesta por la resolución de la Junta. Enns se defendió manteniendo que la idea general de una Biblia infalible como una función de la superintendencia divina no es algo que él esté cuestionando, sino la manera en que esa noción se articula en nuestros días. “Y, como muchos saben, este no es un problema que acecha en los pasillos de las instituciones liberales. Más bien, tiene tremendas implicaciones sobre cómo los no académicos, de hecho, los que están fuera de la iglesia, escucharán el mensaje. Enredar el evangelio en categorías de pensamiento que no funcionan ni bíblica ni culturalmente es una receta para el provincianismo. Permítanme repetirlo, porque es una objeción a mi forma de pensar que a menudo se hace y que a menudo se malinterpreta. No estoy cuestionando una doctrina evangélica de las Escrituras en el, llamémoslo así, nivel primario, es decir, la afirmación de fe de que, en última instancia, es un producto divino. Lo que ciertamente estoy cuestionando es cualquier supuesta conexión necesaria entre esta afirmación de nivel primario y explicar cómo funcionan las Escrituras cuando esas conexiones están menos centradas en las Escrituras y más tomando como referencia las convenciones de pensamiento contemporáneas”[6].
En su blog personal, Peter Enns ofrece un amplio conjunto de respuestas a sus críticos más relevantes. Lo recomiendo para todos aquellos interesados en el debate sobre este debate[7], que no terminará así de fácil, y permanecerá entre nosotros durante muchos años. Hay en juego nada menos que la naturaleza del evangelicalismo, pues al decir de muchos “la inerrancia es la doctrina sobre la que el evangelicalismo cae o se mantiene”[8].
[1] P. Enns y J. Byas, Génesis para gente normal. Juanuno1, Buenos Aires 2020.
[2] P. Enns, Inspiration and Incarnation: Evangelicals and the Problem of the Old Testament. Baker Academic, Grand Rapids 2005, p. 15.
[3] Id., p. 17.
[4] Id., pp. 17-18.
[5] Brandon Withrow y Menachem Wecker, Consider No Evil: Two Faith Traditions and the Problem of Academic Freedom in Religious Higher Education. Cascade Books, Eugene, Oregon 2014, pp. 90-94.
[6] Enns, Criticism: I&I denies inerrancy https://iandibook.com/responding-to-the-critics/criticism-3-ii-denies-inerrancy/
[7] Enns, Responding to Critics, https://iandibook.com/responding-to-the-critics/ Véase también la detallada crítica de uno de los más defensores más veteranos de la inerrancia, Norman L. Geisler, A Review of Peter Enns’s, Inspiration and Incarnation, https://normangeisler.com/category/inerrancy-v-errancy/peter-enns/
[8] J. Merrick and Stephen Garrett, eds., Five Views on Biblical Inerrancy. Zondervan Grand Rapids 2013.