28 de enero, 2021
¡Despierta, corazón mío! (Salmo 57:9a BTI)
Despierto, y estoy dormido. La gente que pasa por nuestro lado, nos ve despiertos, pero no es así. Algunos de nuestros sentidos están dormidos, y conviene despertarlos una vez que caemos en la cuenta de su estado de dormición.
¡Somos cristianas! ¡Somos cristianos! No tengo duda, pero debemos confesar que no lo somos con los cinco sentidos. De ahí que nos convenga que la gracia de Dios nos despabile, a fin de andar con todo nuestro ser abierto, y despierto, al discernimiento que nos provee el modo de pensar del Mesías Jesús (1 Cor. 2:16 BTI).
¡Ya es hora de despertar del sueño!, nos recordarán las Escrituras (Ro. 13:11), ya que vivimos en tiempos que nos invitan al sueño, pues son noche cerrada. De ahí que nos sea necesario que la luz del Mesías nos mantenga en vela, a fin de no andar en tinieblas, sino iluminados constantemente por la luz de la vida (Jn. 8:12).
Dicho esto, deseo invitarme e invitaros, al iniciar el día, a “caminar a la luz del Señor” (Isa. 2:5). Hermanas, hermanos, ¡despertemos!
Soli Deo Gloria
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