Hoy no me regalen flores porque soy mujer. Porque cuando lo hacen me incluyen en una celebración que no es mía.
Yo no me adscribo a los esencialismos, veo a las mujeres, negras, amarillas, pobres y ricas. Ellas viven indistintamente en el primer o en el tercer mundo. Todas comparten el haber nacido en sociedades patriarcales que las subestiman por el solo hecho de haber nacido mujer y, paradójicamente las CELEBRA por los mismos atributos que las hace ciudadanas de segunda el resto del año: “su supuesta naturaleza femenina”.
No me manden flores: soy parte de un colectivo al que todavía le deben muchos derechos.
No me manden flores: pues no acepto las esencias, no creo en el instinto femenino, y menos en el instinto materno.
No me manden flores, porque no me interesan las licuadoras, ni el spa.
No me manden flores, porque en cambio sí me importa que me recuerden por mis ideales, porque supe jugármela por distintas causas.
No quiero recibir ni una sola flor por haber nacido mujer, preferiría ganarla por mi compromiso en la lucha por los derechos de todas las mujeres, por el respeto a las diferencia y, sobre todo, por formar parte de una generación en la que lo social y lo político se jugaban todos los días, sin pensar en presentes o futuros puestos políticos.
No me manden flores porque no reivindico los valores femeninos, justamente por ser los que sirven para invisibilizar las luchas feministas.
Yo soy feminista, lo soy desde hace mucho tiempo y lo seré hasta el ultimo día de mi vida. Y me gustaría levantar un copa imaginaria, o un buen vinito e invitar a cada una de ustedes para que lo repitan en su casa, por aquellas feministas que me precedieron por esas mujeres sabias que construyeron desde la nada, cuando ser feminista era realmente poco menos que una mala palabra.
Levantemos una copa por las Mujeres invisibilizadas, aquellas que no aparecen en las portadas de las revistas, ni en los programas televisivos. Aquellas que no pueden y no tienen tiempo de cuidar su cuerpo porque solo aprendieron a usarlo para el trabajo: por las mujeres cartoneras, las que trabajan la tierra, las que trabajan limpiando casas ajenas, las que no ven a sus hijos, porque solo están destinadas a cuidar a los ajenos. Mujeres jóvenes con hijos en brazos, mujeres traficadas, mujeres golpeadas, mujeres tristes porque les arrebataron a sus hijos. Mujeres valientes… Las que no necesitan flores porque les sobra dignidad.