(Fuente: Adital / Entrevista realizada el 13/7/11) Para profundizar en la afirmación que el teólogo Jung Mo Sung hizo en su conferencia «Crítica Teológica y la Economía”, en el sentido que el término liberación debe ser reflexionado, Adital elaboró algunos cuestionamientos sobre el tema.
Jung Mo Sung, participa en la segunda Jornada Teológica [12 al 14 de julio de 2011], que se está realizando en Santiago de Chile hasta mañana (14), como etapa de preparación al Congreso Continental de Teología (CCT), previsto a realizarse en Brasil el próximo año.
ADITAL – En su conferencia, Ud. afirmó que debemos hacer una autocritica al término liberación, para lograr dar pasos más concretos en la reflexión teológica, y avanzar en las practicas pastoral y política. ¿Qué puntos Ud. señalaría para lograr ese avance?
Jung Mo Sung – Más que una renovación, necesitamos hacer una crítica mas profunda, cuando usamos la palabra liberación. A comienzos de le los años 70, la teoría de la liberación apuntaba con bastante claridad a la liberación de las relaciones de dependencia hacia un desarrollo autónomo. Entonces, se trataba de una liberación, un tanto enfocada, se sabía cuál era el problema y a donde se quería llegar.
Con el paso del tiempo, después de unos 10 años, esa idea fue sustituida por la idea de liberación de las relaciones de opresión, alcanzar un mundo sin ninguna forma de opresión.
Entonces se amplió el sentido del término en forma total. Se fue incluyendo la liberación en cuestiones de género, de raza, de sexualidad, de generación y ahí todo fue entrando. En esta nueva situación, yo pienso que es necesario retomar la idea de que la liberación plena, escatológica, una liberación total, corresponde a la esperanza en la resurrección.
ADITAL – Sería una esperanza solo para el final de la historia. Y el presente, el hoy, ¿cómo queda?
Jung Mo Sung – Liberación en la historia, debemos tener muy claro de que cosas es posible liberarse (en la historia) y cuales es imposible liberarse por la misma condición humana. Otra cosa importante que Juan Luis Segundo decía, y en la que Comblin insistía mucho, es que debemos trabajar más el mismo concepto de libertad, porque nosotros trabajamos más el concepto de liberación y poco el de libertad. Dice San Pablo: «Fue para la libertad que Cristo nos liberó”.
Entonces la liberación de Cristo no fue del Imperio Romano, el no liberó de algo y nos dejo libres. ¿Nos liberó de qué? De la ley. Entonces yo lo expresaría así: Somos libres en la medida en que luchamos por la liberación. Porque si pensamos que solamente seremos libres al final de la liberación, viviremos en la frustración y en la angustia. Pero en el proceso de las luchas contra las dominaciones concretas, aquellas que detectamos y vemos la posibilidad de superar, en esa lucha es que nosotros somos libres. ¿Libres de qué? De las idolatrías y de los sistemas existentes.
ADITAL – Esta liberación ¿debe verse reflejada históricamente en la vida política y económica en la situación de varios países de América Latina, donde hay gobiernos que están haciendo un camino concreto en vistas al bien común?
Jung Mo Sung – Si pensamos la liberación como plenitud en ningún lugar del mundo se realizó completamente. De ahí, viene la crítica y la frustración sobre todo los que se hace. Pensemos por ejemplo, la liberación del analfabetismo. ¿Es posible superarlo? Y hay más cosas bien concretas. Liberación del hambre, liberación de una situación de hambre absoluta. ¿Es posible liberarse de eso? Si. Entonces es necesario un concepto más concreto. Liberación ¿de qué y para qué? No quedar en conceptos genéricos. Ese es un gran problema de la teología, yo pienso.
ADITAL – En este trabajo histórico es donde las personas y las iglesias se pueden convertir, porque alfabetizar a los otros puede exigir alguna renuncia y eso, se realiza por etapas, etapas de mi conversión y de la liberación.
Jung Mo Sung – Es algo así, pero teniendo el cuidado de no pensar que vamos a tener una etapa final, porque las etapas siempre presuponen que se llega a un lugar. Pues yo estoy trabajando con la idea de que el reinado acontece en amor solidario. No es algo acumulativo que se agrega, y agrega, y al final termina la construcción. Porque en el fondo la idea de la liberación fue pensada a partir de la historia moderna, de una historia que camina linealmente hacia la plenitud. Si observamos a Leonardo Boff, o Frei Betto, ellos retoman el concepto que desde el comienzo de la creación, la historia está siendo pensada para llegar a su final. Ahí Comblin decía, ya en los años 70: Si necesariamente vamos a llegar a la liberación, ¿cómo la libertad surge de la necesidad? Son conceptos contradictorios.
Por Orlando Milesi, periodista.
Traducción: Ricardo Zúniga
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