Hace unos días estaba leyendo el blog de Bryan Serchio, un cantautor y pastor ordenado por la Iglesia Unida de Cristo (UCC) donde escribía sobre la adoración cristiana progresista, y no pude por menos que identificarme con las palabras que estuve leyendo. De ahí que lo que escriba esté basado, cuando no seguido a la letra, en lo que leí.
Básicamente, Serchio, describe la adoración cristiana progresista a través de seis señales
- Énfasis en la alabanza, la justicia y la amplia gama de la experiencia humana
- El lenguaje inclusivo
- Una teología progresista
- Un énfasis tanto en el individuo como en la comunidad
- Autenticidad emocional
- Uso de ideas, imágenes y lenguaje actuales
Como Bryan, no soy muy amante de las etiquetas, pero, al igual que él, me gusta utilizar el término “progresista” para calificar una teología y adoración que se ha comprometido a ser inclusiva, optar por la justicia, tener a los pobres y excluidos en su horizonte, tratar con respeto el medio ambiente y hacer de este mundo un lugar mejor .
De ahí que crea que debamos ser críticos con los himnos o canciones que cantamos durante el tiempo de adoración y alabanza de cara a que expresen claramente los compromisos que he expuesto anteriormente. Para ello, según David Wood, debemos hacernos cuatro preguntas:
- ·¿Qué nos enseña la canción o himno acerca de Dios?
- ·¿Qué nos enseña la canción o el himno acerca de Jesús?
- ·¿Qué nos enseña la canción o el himno sobre nosotros mismos?
- ·¿Qué enseña la canción o himno a otros acerca de nosotros, los cristianos y cristianas?
Creo que lo expongo, siguiendo a Serchio y a Wood, sería una buena base para celebrar un taller en nuestras comunidades sobre el contenido y la música de las canciones e himnos congregacionales que entonamos en nuestros cultos.
Publicado en «Opiniones falibles» (2011)
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