“A propósito de “España oramos por tí”
En muchas ocasiones Joana, mi compañera de camino, me espeta: ¡habría que leer más la Biblia! Y hoy debo darle la razón, si cabe, más que nunca. Los protestantes deberíamos leer más la Biblia. Ya que si no regresamos al texto bíblico, texto fundante de la fe cristiana, nos vamos a perder en caminos que nos conducirán a ninguna parte.
Y hacia ninguna parte vamos cuando cometemos el pecado, tal vez imperdonable, de frivolizar lo más sagrado. Y una cosa de las más sagradas que existen en la fe cristiana es el encuentro con el Dios de Jesús a través de la práctica de la oración.
No en vano nos enseñó nuestro Maestro de espiritualidad, Jesús de Nazaret, que cuando oremos, debemos entrar en nuestro cuarto, cerrar la puerta y orar en secreto a nuestro Padre. Y nuestro Padre, que ve lo que hacemos en secreto, nos daría puntual respuesta (Mat. 6:6). Sólo los que quieren mostrar su piedad públicamente para buscar, de forma descarada, el reconocimiento de su piedad, oran en las calles a la manera de los fariseos y escribas que los evangelios nos describen.
No en vano escribió un protestante español (1), hace muchísimos años, que toda manifestación religiosa en la vía pública debería estar terminantemente prohibida… Pero lo tiempos cambian y con ellos, las gentes que los conforman.
Sin embargo, y a pesar de las enseñanzas de Jesús, el próximo 16 de mayo se celebrará delante del estadio Santiago Bernabeu un acto público de oración en contra, como transcribe uno de los columnistas de Lupa Protestante (2), de lo que en “los últimos años estamos sufriendo”, como por ejemplo: “decisiones en la política de nuestro país que están afectando negativamente a la familia, a la juventud, a la sociedad entera y, por lo tanto, a nuestro destino como nación en general” (3). Y debido a que conciben la oración como “el arma más letal que dispone la iglesia de Jesucristo”(4), están confiados en que ese día determinará el futuro de nuestro país. El evento se autodenomina “España oramos por tí”.
Y ahí estamos, en pleno siglo XXI. Un siglo donde presuntamente, sólo presuntamente, un buen puñado de cristianos y cristianas ignoran las palabras de Jesús de Nazaret y del antiguo protestante español. Incluso van más allá… Tornan la oración en una especie de oficio mágico e incluso en un arma letal, mortífera para aquellos contra los que se la arroja. Objetivo: la política del actual gobierno de España. La oración se ideologiza. Y con su ideologización se asesta una puñalada, esta vez verdaderamente letal, al seguimiento de Jesús.
La oración no se viste de camisa azul, ni de ningún otro color. La oración es encuentro con Dios e intersección sin atender a ideologías. Pero intersección no en contra, sino a favor de la paz que, como muchos afirman, no es simplemente ausencia de guerra, sino el imperio de la justicia a favor de los que viven en los márgenes de nuestra sociedad, otrora sociedad del bienestar.
Me duele. Me duele descubrir rostros que aprecio apoyando esa iniciativa. No voy citar nombres, sólo hace falta visitar la página (5). Pero si mencionaré algunas instituciones evangélicas que forman parte del Consejo de Apoyo del evento: Ferede, Sociedad Bíblica y la Alianza Evangélica Española (6). Pero sobre todo me duele ver a una gran parte de mi pueblo, el pueblo protestante, siendo engañado por un discurso vestido de piedad.
Algunos de nosotros deberíamos leer más la Biblia y poner freno a la frivolización de lo más sagrado de la fe. Pero parece que el dislate ya está en la mesa y no hay marcha atrás. El esperpento, si Dios no lo evita, se hará carne y habitará entre nosotros.
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