Muchas sociedades en el mundo se ven caracterizadas por roles diferenciados, por un lado, la mujer cumpliendo el rol protector, y el varón el rol proveedor, que los hombres no lloran y las mujeres siempre serán el sexo débil, son también parte del lenguaje y concepción existente.
La masculinidad está comprendida como la construcción social de lo que significa ser un hombre y se ha relacionado con ello, la rudeza, la fuerza, el poder e incluso el rechazo a lo femenino. Sin embargo, la Biblia nos habla de un Jesús con un concepto diferente de masculinidad, revelador aún en nuestros tiempos, a continuación, analizaremos algunas prácticas que rompen con estos esquemas, iniciaremos tomando en cuenta que el libro de Génesis menciona que el hombre (tanto hombre como mujer) esta hecho a la imagen y semejanza de Dios, es entonces creíble que sus sentimientos y carácter también lo sean.
El libro de Mateo 11:29-30 relata “Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallareis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil y ligera mi carga”, estos versículos hacen referencia a la mansedumbre, la calma y la paz, importante en este contexto y medio donde la sociedad nos enseña que demostrar rudeza es necesario para poder sobrevivir, y que ella además es una característica propia de lo que es ser hombre, el mismo Jesús rompe con esta concepción al reconocerse frente a los demás como alguien manso, como un ser que transmite calma y paz, recordemos que las escrituras están hechas para todos los tiempos por lo tanto ese mensaje es también para las mujeres y hombres de ahora, plasmándose además como una opción importante para la resolución de conflictos.
Las redes sociales, nos inundan diariamente con canciones que sexualizan a la mujer, con palabras e imágenes que terminan cosificándola y por lo tanto construyendo una concepción del amor que se concreta en las relaciones sexuales. Jesús tiene durante su vida en la tierra un trato respetuoso con las mujeres, sino recordemos la defensa hacia la mujer adúltera frente a los escribas y fariseos, quienes representan a esa sociedad que juzga, así lo relata el libro de Juan 8:6-7 “Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo escribía en tierra con el dedo. Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella”, el texto culmina con la importancia del no juzgamiento y por tanto del respeto a la mujer.
La sociedad actual ha asignado ciertas características tanto a hombres como mujeres, lo que se ha ido transmitiendo generacionalmente, sin embargo, la Biblia nos menciona ciertas cualidades importantes en las bienaventuranzas ubicadas en el libro de Mateo, para resaltar la importancia de la misericordia, mansedumbre, en nuestras vidas, la misericordia como una expresión de la compasión y sensibilidad hacia el otro, donde nos despojamos de nuestra dureza , rudeza y todos aquellas cualidades que el hombre está llamado a transmitir para no quebrar o afectar su masculinidad , la Biblia nos invita a obrar con misericordia en todo momento, a ser sensibles frente al dolor humano, al sufrimiento, así lo demostró Jesús cuando atendió a la mujer que padecía hemorragia, y textualmente la Biblia hace referencia al sufrimiento permanente producto de su enfermedad, finalmente fue sanada.
Jesús rechaza los esquemas actuales de la masculinidad identificándose como un ser sensible frente al sufrimiento humano, apacible frente a los conflictos, indignándose frente a las injusticias, y representando en todo momento la personificación del sentimiento más sublime, el amor.