Corría el mes de junio del año 2005. “Lupa Protestante” iniciaba su andadura. En ese año llevaba el nombre de “Teológica”. Luego pasó a llamarse “Lupa protestante”. “Lupa” era un guiño al que fuera mi amigo, ya con el Señor, Manuel López (siempre animando y colaborando en el proyecto); y “protestante” por razones obvias. Nadie pudo pensar que una publicación humilde y sin pretensiones lograra significarse tanto en el mundo creyente.
No soñaba, como fundador de “Lupa”, que llegara a ser tan leída, respetada y, cómo no, discutida. En estos días cumplimos 15 años desde aquel, ya lejano, 2005. Y estamos agradecidos a Dios, a las personas que escriben, y las que nos leen. Me faltaría memoria para citar a todos aquellas personas que ha hecho de “Lupa” una realidad palpable, y no quisiera dejar de nombrar a ninguna. Dios y ellos saben quiénes son.
Hoy, han surgido otras publicaciones en la red. Todo ha cambiado. Echo en falta el unir fuerzas, crear sinergias, pero ese es un mal endémico en nuestro mundo protestante. Todos deseamos hacernos un hueco. Nada que objetar. Pero en lugar de unir fuerzas las diversificamos, y con ello perdemos todos.
“Lupa” ha sido criticada y alabada, no sé si a partes iguales. Para algunos se ha convertido en un signo del fin de los tiempos, y nos llaman “apóstatas” y refugio de “no creyentes”, entre otros piropos, si cabe, más graves, que nos causan tristeza, no por nosotros, sino por los que nos enjuician sin conocernos. Pero no hacemos caso, sin salir al quite de las descalificaciones de algunos sectores, seguimos adelante. No al ritmo que quisiéramos, pero seguimos caminando.
“Lupa” no representa a ninguna institución, ni denominación protestante o evangélica. Es independiente de las políticas del mundo protestante institucional. El blog-revista es una espacio libre, donde escriben tanto autores y autoras conservadores, como otros que lo son menos: ahí reside su riqueza, en la diversidad de opiniones que de siempre ha acompañado al mundo protestante. Los artículos que publicamos representan a sus respectivos autores y autoras, no a “Lupa” como tal; pero si representa a “Lupa” la diversidad de lo publicado, ya que creemos en el diálogo y en el respeto a todas las ideas en el marco del Evangelio y los Derechos Humanos.
Daros las gracias a todos los que leéis “Lupa Protestante”. Sin articulistas y sin lectores una revista o blog no existe. Pero sobre todas las cosas dar gracias al Dios de Jesús de Nazaret, sin su acompañamiento bien poco podríamos hacer.
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