He leído en estos días un estudio revelador y bien documentado que ha publicado el Centro para la Religión y la Cultura Cívica de la Universidad del Sur de California. Se trata de un análisis serio y ponderado de lo que ellos denominan, “Cristianismo Pentecostal y Carismático en el Sur Global”. La presentación con fotos a colores y con una síntesis muy bien elaborada, coadyuva en la comprensión de un tema amplio y complejo. El esfuerzo de incluir una variedad impresionante de experiencias en todos los continentes fortalece las premisas sobre las que se ha conducido la investigación. Además, se incluyen tablas comparativas sobre el crecimiento de estos grupos entre 1910 y 2010, con un mapa mundial bien ilustrado.
El estudio comienza con los orígenes del movimiento pentecostal en la Calle Azusa, Los Ángeles, California, en 1906. Destacan las evoluciones y los impulsos que llevaron al establecimiento de múltiples expresiones carismáticas y pentecostales alrededor del mundo. Esos movimientos se han originado, y crecieron en una policromía de culturas, valores espirituales e influjos de sociedades crecientemente pluralistas. Al intentar responder a contextos tan diferentes, aún en sociedades muy disfuncionales, el proceso mismo de interactuar con instituciones sociales, políticas y cívicas, los llevó a la apertura hacia los “otros y las otras”. Los nuevos sujetos que otrora habían sido marginados e ignorados por la sociedad.
El estudio fue conducido en 25 países, incluyendo a Brasil, El Salvador, Estados Unidos, Nigeria, Indonesia, Rusia, Emiratos Árabes, India, China, Malasia, Corea del Sur y Singapur. Entonces, la diversidad apunta hacia nuevas comunidades de fe de corte carismático y pentecostal, pero con expresiones culturales, religiosas y orientación sexual, nunca antes reconocidas en un proyecto académico de la envergadura del que aquí reseñamos.
Se pueden detectar aquí comunidades tales como La Iglesia Apostólica Profética Betel en Indonesia, liderada por la pastora María; la Iglesia Dios Bendice en Nigeria; el Centro Bendición en India; la Iglesia Católica Carismática la Santa Cruz, Nairobi, Kenia; Misión Cristiana Elim, El Salvador, entre otras. Se destaca la Ciudad de Refugio, en San Pablo, Brasil, fundada por una pareja lesbiana carismática, las pastoras Lanna Holder y Rosania Rocha donde se congregan homosexuales, lesbianas, bisexuales y personas de identidad de transgénero, en lo que denominan una comunidad inclusiva y de la próxima generación.
En Latinoamérica ya habíamos conocido comunidades inclusivas en Perú, Argentina, Puerto Rico, con miembros de diversa orientación sexual con nombres bíblicos: “El Otro Rebaño”, “Ovejas de Otro Rebaño” ”Iglesia de las Puertas Abiertas”, “Iglesia Metropolitana Cristo Sanador”, donde se resalta y destaca el texto de Juan 10:16.
La diversidad de comunidades de fe carismática y pentecostal se extiende, además, a sectores militares, comerciantes, artistas e intelectuales, que se agregan partiendo de su condición social y económica, y otros intereses muy particulares. Muchos de esos grupos enfatizan la teología de la prosperidad, los círculos de oración, la sanidad divina y la guerra espiritual, como es el caso de la Iglesia del Evangelio Completo Yoido, en Seúl, Corea del Sur, con una membresía de 75 mil creyentes.
¿Qué nos revela este estudio tan incisivo e inquietante? En primer lugar, ha quedado atrás el tiempo en que pensábamos que las llamadas iglesias clásicas pentecostales (Asambleas de Dios, Iglesia de Dios, Cleveland, TN, Iglesia del Evangelio Cuadrangular. Iglesia de Dios en Cristo, entre otras) eran la medida y expresión de lo que se entendía como “lo carismático”, “lo pentecostal”. Como hemos observado, este estudio señala hacia complejidades de todo tipo que hasta pueden escandalizar a muchos creyentes en todas las iglesias. En segundo lugar, las llamadas iglesias neo-pentecostales y neo-apostólicas (diversas de por sí), no expresan abiertamente la diversidad doctrinal y las preferencias de convivencia espiritual de sectores sociales que han optado por estilos de vida considerados diferentes, culturalmente, socialmente y por su orientación sexual.
¿Será posible que se reconozcan estas diversas expresiones carismáticas y pentecostales inéditas hasta hoy? ¿Habrá alguna tolerancia y respeto a lo que son legítimas expresiones de convivencia espiritual? Y más aún, ¿es posible concebir que el Espíritu se está manifestando en comunidades de fe diferentes? Reconocer la diferencia para no discriminar es una actitud adecuada y madura que nos lleva a la vulnerabilidad, pero nos acerca también a valorar la dignidad de otros seres humanos.
Hay otro estudio, que menciono aquí porque complementa el estudio que estamos reseñando, publicado por el Dr. Douglas Jacobsen, profesor distinguido de historia en el Messiah College en Pennsylvania, EUA. El Dr. Jacobsen nos presentó una serie de mapas y tablas con datos recientes sobre lo que ha estado sucediendo en el mundo religioso, incluyendo los protestantismos y el catolicismo romano a escala mundial, en la reunión anual de la Sociedad de Estudios Pentecostales (marzo 2011, Memphis, TN). El debate que suscitó la presentación del Dr. Jacobsen nos ayudó mucho a poner en perspectiva y a reexaminar datos que ya resultan desfasados cuando intentamos conocer lo que realmente sucede en el mapa religioso mundial. Un dato pertinente es que, según su análisis, hay 370 millones de creyentes que se identifican como carismáticos y pentecostales en todos los continentes.
El Dr. Douglas Jacobsen publicó en 2011 el libro The World’s Christians (Los cristianos del mundo, Willey-Blackwell), ampliando las informaciones que ya había adelantado. Este es un libro sólido de texto que ya se ha convertido en lectura obligada para los y las que estudiamos estos temas.
Estos estudios nos pueden ayudar a continuar el diálogo y la apertura con criterios académicos serios. Se trata de ponderar, examinar y discernir, para formarse criterios responsables sobre estos temas tan pertinentes.