(Basado en el Salmo 25:1-9)
A ti, Señor, levanto mi alma
pues mi confianza está en ti.
Cuántas veces he pensado que este camino que sigo era tu camino…
Pero ahora me siento confundida y creo que me equivoqué.
No es fácil admitir que nos equivocamos,
tenemos vergüenza de empezar todo de nuevo:
un nuevo camino, una nueva carrera, una nueva vida.
En medio a tantos caminos que me son propuestos, no sé hacia dónde ir.
Muéstrame tus caminos, ¡oh Dios!
Enséñame a buscar tu voluntad.
Muchas veces me apresuré y busqué un camino apenas por su apariencia
Y me equivoqué de nuevo.
Pero tú siempre vienes a nuestro encuentro
y nos ayudas a encontrar tu camino,
tus sendas verdaderas de justicia y de verdad.
¿Sabes? No imaginaba que anduvieras por aquí,
que me buscabas como el pastor busca una ovejita perdida,
incluso cuando ella está cerca del valle de las sombras de la muerte…
¡Enséñame tus caminos, oh Dios!
Tú eres el Dios de mi salvación,
en ti encuentro confianza y esperanza.
“En ti, en t solamente yo espero:
no permitas que sea jamás confundido.”
Simei Monteiro, Brasil
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