Para los apasionados y entendidos del juego del fútbol la expresión “Pase filtrado” tiene toda una connotación especial. En la Argentina, en los años 70, Ricardo Bochini, jugador del Club Independiente, fue el que con mayor excelencia interpretó el “pase filtrado”. El “Bocha” (así se lo llamaba) fue admirado no solo por Diego Maradona, sino reconocido por todos. ¿Qué es el pase filtrado? Es el pase de pelota entre varios jugadores contrarios. Rompe con una defensa bien armada, lo cual es muy difícil de hacer. Solo los sobresalientes, -como lo hace Lionel Messi en la actualidad-, pueden tener la velocidad mental para enviar la pelota entre varios jugadores para posicionar mejor a otro compañero y tener así, la mejor oportunidad de hacer un gol. Diría un relator de futbol “es un himno a la eficacia y la sorpresa”.
¿Qué tiene que ver esto, con el evangelio?
Jesús, nuestro Señor y maestro, permanentemente rompía con las defensas mentales, los prejuicios y las malas actitudes e interpretaciones de los oponentes de su tiempo. Los recursos dialécticos, los ejemplos didácticos, las comparaciones creativas, las ingeniosas parábolas, el poder de sus milagros, las actitudes de compasión hacia los más vulnerable, etc. Eran los “pases filtrados” que rompían los esquemas del pensamiento establecido.
Hoy por hoy, las nuevas estrategias ideológicas del pensamiento contemporáneo se cierran frente al evangelio o lo ponen en duda. Los evangélicos adolecemos en la actualidad, en general, salvando raras excepciones, de creatividad ofensiva, frente a un mundo que nos está poniendo en un rincón, casi en ridículo. Estamos insistiendo con recetas que funcionaron en el pasado, pero que ya no son apropiadas. En los años 70 varios teólogos latinoamericanos, intentaron dar respuestas a varios problemas coyunturales, pero ya estamos en el 2022, casi 23, y el contexto ha cambiado significativamente, las preguntas son distintas y no hay respuestas adecuadas.
No desconocemos que hoy tenemos profundos problemas eclesiológicos, un aluvión de justificaciones que sostienen al templo-céntrico, al pastor-céntrico, la música-céntrica, la ofrenda-céntrica, lo piramidal sobre lo comunitario, lo mediático sobre el encuentro personalizado. Se ha perdido el equilibrio entre lo emocional y lo reflexivo, etc. y muchas más deformaciones que nos han posicionado en una meseta inoperante y hasta ridícula, y que en el trasfondo de la cuestión, solo son el beneficio de unos pocos.
Martin Lutero nos hablaba de una “Iglesia renovada, siempre renovada”. Quizás sea el secreto hacia la creatividad, o la búsqueda de un “pase filtrado” que nos ayude con mejores expectativas.
Cuando Jesús le dice a Nicodemo, “…te es necesario nacer de nuevo”, esto es un “pase filtrado”, una frase maestra que nos ayuda a entender cuál es el único camino a seguir.
Cuando Juan nos relata los dichos de Jesús a sus discípulos, “…en esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros”, Juan 13:35. Este es un “pase filtrado” para una comunidad de fe consolidada.
Cuando Pablo le dice a los corintos, “…de modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas, (2 Co 5:17) Este es un “pase filtrado” para un mejor posicionamiento que abre espacio en nuestros pensamientos, afectos, conductas y testimonios.
Cuando Pablo les explica a los corintios tan claramente: “…el mensaje de la cruz es una locura para los que se pierden; en cambio, para los que se salvan, es decir, para nosotros, este mensaje es el poder de Dios. Pues está escrito:
“Destruiré la sabiduría de los sabios; frustraré la inteligencia de los inteligentes”. (1 Co. 1:18) Este es un “pase filtrado” de parte de Dios para entender algunas diferencias.
Quizás alguno subestime el juego del futbol y otros con pasión lo defiendan. El “Pase Filtrado” solo es una metáfora, una figura retórica que expresa un recurso inteligente y creativo que sea eficaz y sorprendente para este tiempo.