Harold Segura

Posted On 20/04/2011 By In Biblia With 1243 Views

Para quedarnos con él: Cuaresma, día 36

«… Jesús dejó de andar públicamente entre los judíos. Abandonó la región de Judea y se encaminó a un pueblo llamado Efraín, cercano al desierto. Allí se quedó con sus discípulos durante algún tiempo»

Juan 11:54

(La Palabra, Sociedad Bíblica de España, 2010)

Harold SeguraNo todo puede ser actividad agitada, trajín en medio de la multitud, ni servicio extenuante; el seguimiento de Jesús también necesita momentos de calma y de soledad. Para todo debe haber tiempo, enseña el sabio del Eclesiastés.

El compromiso con el reino de Dios lo exige todo: tiempo, dinero, talentos, relaciones, habilidades, en fin. Pero no es una entrega heróica en la que se deba demostrar nuestra capacidad para realizar todo por medio del sacrificio. Eso sería un reino de la autosuficiencia humana y no el reino de Dios; sería un reino de las competencias terrenales y no la expresión de la gracia redentora del Señor.

Para mantener el balance entre hacer la tarea de Dios y hacerla conforme a la manera de Dios, necesitamos experiencias de retiro y silencio, en las que, a solas con el Señor, escuchemos su voz (discernimiento), sanemos las heridas (restauración) y reanudemos el camino con nuevos alientos (renovación).

Jesús cultivó la intimidad con el Padre estando a solas con él (Marcos 1:35) e invitó a sus discípulos a hacer lo mismo (Lucas 9:28). También acostumbraba separarse de la multitud e irse a un lugar tranquilo para estar con ellos: «Venid aparte conmigo. Vamos a descansar un poco en un lugar solitario» (Marcos 6:31).

El seguimiento de Jesús, implica el servicio a su reino; y este servicio requiere de la intimidad con él.

 

Para seguir pensando:

«Es mucho más inteligente que de vez en cuando te sustraigas a tus ocupaciones y no que ellas arrastren de ti y te lleven poco a poco adonde no quieres ir… al punto donde el corazón se endurece»

Bernardo de Claraval (1090-1153)

Vale que nos preguntemos:

¿Desde hace cuánto no separo un tiempo particular para la oración, el discernimiento y la renovación interior? ¿Cómo y dónde podría apartarme de mi rutina diaria, para descansar un poco y «estar con él»?

Oración:

Dios misericordioso, me invitas a estar contigo y a sustentarme de ti para todo lo que hago. No me dejes caer en la tentación de creer que puedo cumplir con tu tarea dependiendo de mis fuerzas. Dependo de ti, Señor, y de la fuerza de tu Espíritu. Amén.

Harold Segura C.

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