Posted On 13/12/2024 By In Opinión, portada With 415 Views

Pastores/as de papel | Pedro Álamo

 

L@s pastores/as de papel tienen una buena apariencia, saben hablar, se esmeran por caer bien, parece que saben lo que dicen…, pero por dentro están vacíos. No tienen nada que ofrecer para entusiasmar y fascinar a los demás.

L@s pastores/as de papel tienen títulos, un buen curriculum, pueden haber pastoreado varias Comunidades, han estudiado, se adornan con un lenguaje religioso, casi celestial…, pero por dentro están llenos de contradicciones. Nada que pueda llenar a un alma necesitada.

L@s pastores/as de papel aparentan coherencia, hablan sobre Jesús de Nazaret, les encanta citar al apóstol Pablo, el Antiguo Testamento, parecen expertos en Biblia, se la saben de memoria…, pero como ocurriera con los escribas y fariseos del tiempo de Jesús, representan una fachada blanqueada que por dentro está llena de celos, envidias, desidia, ambición, poder… Nada digno de ser imitado.

L@s pastores/as de papel proclaman a los cuatro vientos el evangelio, para que la gente se convierta, y las iglesias se llenen…, pero se olvidan de la esencia de la proclamación de Jesús, el amor a Dios sobre todas las cosas y el amor al prójimo como a uno mismo. Dicen amar a los demás, pero se aman a ellos mismos.

L@s pastores/as de papel no tienen en cuenta que las personas son más importantes que las cosas, más importantes que el poder religioso, más importantes que el rito dominical, más importantes que la institución eclesial y no se dan cuenta de que sin personas, no hay iglesia. Las personas son más importantes que la propia Biblia tal como vemos en Jesús cuando no le importó citar el Antiguo Testamento y darle un nuevo significado (ver las antítesis del Sermón del Monte: “Oísteis que fue dicho…, pero yo os digo…”).

L@s pastores/as de papel no quieren librepensadores que cuestionen su discurso, les aterra que les lleven la contraria pensando que se mina su autoridad; por eso, enfatizan la disciplina en la iglesia con la espada desenvainada para que nadie se desmande. Prefieren “corderitos” que griten “amén” a lo que se les dice y, si no se ajustan a la norma establecida, se les expulsa.

L@s pastores/as de papel no sufren cuando se censura a otros pastores. Son los primeros en aunar esfuerzos y gritar “crucifícale, crucifícale…”, apartando al que no interesa amparándose en una falsa santidad.

L@s pastores/as de papel nunca se equivocan, tienen respuesta para todo, nunca dicen “no lo sé”, dan lecciones magistrales, aparentemente sabias; representan un modelo de persona, de familia, de administración doméstica, de ética… Son intachables, impecables, dignos de ser imitados… Han dejado de ser humanos, para convertirse en divinos. Pero, en el fondo, es pura apariencia, todo es superficial.

L@s pastores/as de papel se llenan la boca de palabras grandilocuentes, eslóganes religiosos impactantes, pero son solo palabras vacías, porque no les importa ni la justicia ni la misericordia. Dicen, pero no hacen. Hablan, pero no practican…

En el fondo, me dan pena l@s pastores/as de papel, porque aparentan fortaleza pero son débiles, simulan espiritualidad pero caminan lejos del evangelio de Jesús. Aún así, que Dios nos libre de l@s pastores/as de papel porque ejerciendo el poder eclesial, ahogan la fe de los seguidores de Jesús. Prefiero l@s pastores/as de carne y hueso a los que puedo llamar compañer@s, amig@s y herman@s.

Pedro Alamo

 

 

Pedro Álamo

Bad Behavior has blocked 1002 access attempts in the last 7 days.