Al igual que Francis Schaeffer vio la elección de Ronald Reagan en 1980 como una oportunidad para regresar a los valores cristianos en USA, hoy, son personas como Franklin Graham, entre otras, las que ven en Donald Trump una posibilidad para imponer por ley en USA los valores cristianos tal y como ellos los interpretan. La diferencia entre Reagan y Trump es que el primero parece una “hermanita de la caridad” culta y moralmente intachable comparado con el potro desbocado que es Donald Trump.
Me inquieta, y mucho la elección de Trump, pero más me preocupa, como pastor protestante, que evangélicos se lancen a los brazos de un gobernante que con toda probabilidad, si actúa de acuerdo (y todo apunta a que sí) con el grosero discurso que escupió durante su pelea electoral, lanzará a sus ciudadanos, especialmente a los sectores más vulnerables, a un cubo de la basura más putrefacto del que han conocido hasta hoy. Lamentable que los evangélicos estadounidenses sean representados por clérigos que más parecen siervos de Moloch que discípulos de Jesús de Nazaret.
Para finalizar quiero expresar que no estoy enfadado, estoy triste, inmensamente triste por lo que veo y leo en los medios de comunicación acerca de lo que probablemente se nos avecina a todos, tanto a los ciudadanos estadounidenses como a los que no lo somos.
(Publicado en Facebook, 21 de enero de 2017)
- «Evité decirles, —verás, saldrás de esta—» - 28/10/2022
- Predicadores del “camino estrecho” | Ignacio Simal - 30/09/2022
- ¿La soledad del pastor? Deconstruyendo el tópico | Ignacio Simal - 16/09/2022