Una lectura pastoral para acoger el adviento
“Estaba pensando en esto, cuando un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: — José, descendiente de David, no tengas reparo en convivir con María, tu esposa, pues el hijo que ha concebido es por la acción del Espíritu Santo. Y cuando dé a luz a su hijo, tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”
Mt 1,20-21
¿Llegamos a diciembre o diciembre nos llegó? La respuesta depende en cómo entendamos el tiempo, si lo entendemos como algo que está allí, y a nosotros nos toca solo dejarnos llevar como juguetes del destino, o nos posicionamos como actores y participantes en el tiempo, en su historia y realidad. Pero hasta que resolvemos el dilema, la Navidad hace su aparición. Sí, la bendita Navidad, aquella que para muchos no tiene nada de blanca ni dulce, Navidad purísima en la historia, la que nos aparece en las diversas circunstancias de la vida, y es que así fue el acontecimiento que hoy llamamos Navidad.
Hay quienes la consideran una fiesta pagana, una celebración al astro sol según la devoción romana, y otros que consideran al cristianismo como la “esencia de la pureza”, por lo que se le exige descontaminación de todo lo malo del mundo. Sin embargo, no se debe olvidar la historia, ya que el cristianismo siempre ha sido una religión que en su sed de expansión ha buscado mecanismos para llegar a todos, en el buen sentido misionero de Pablo: “hacerse de todo a todos a fin de salvar a alguno” se ha interpretado (1Cor 9,19). Esto en términos prácticos, puede entenderse como “cristianización del mundo”. Lo que debe quedar claro es que la fe cristiana, por ser fe histórica, se vive en el mundo, nada del mundo le es ajeno. Lo mismo seguimos haciendo hoy, cuando se piensa en términos de evangelización queremos que tal cantante se convierta para Cristo, deje el mundo malo (canciones mundanas, decimos) y se haga cantante para Cristo y de la Iglesia. Es también una manera dualista de ver e interpretar el mundo: lo santo y lo profano, el bien y el mal.
La visita y sus crisis
Pero volviendo a la historia concreta, aquella que se hace Navidad desde el acontecimiento de los seres humanos con todo su drama debajo del sol, qué nos parece lo que le sucedió al pobre José hijo de David, esposo de María, de la que nació Jesús, llamado el Cristo.
Nada más alejado de la realidad es pintar una Navidad con sonidos de campanas y momentos de paz y alegría, de noche de paz y amor. No fue así para José, quien experimentó la peor noticia que se le podía dar a un hombre de su época, afirmado en los códigos de honor y vergüenza, según la costumbre y visión del mundo de su época. Según nos cuenta el evangelio de Mateo, María estaba comprometida con José, pero quedó embarazada por la obra del Espíritu Santo. -“A otros con ese cuento” pudo haber dicho José, quien para reivindicar su honor la ley lo facultaba para denunciar y apedrear a su esposa María por el evidente adulterio, ya que a diferencia de la mujer que nos narra Juan 8, aquella sorprendida en el acto mismo de adulterio, en el caso de María, hay una evidencia muy clara: está embarazada. Y aunque el texto de Mateo nos muestra el carácter de José “que era un hombre muy justo y no quería denunciarla públicamente, pensó abandonarla en secreto”. Su justicia regida por el amor a María le exigía anteponerse a la ley, pero también, estar a favor de la justicia social, por ello “ya lo tenía decidido”. En este marco de angustias, entre el dolor y el amor, tal vez, decepción y tristezas, José se fue a dormir-¿Será que pudo dormir?
Fue cuando un ángel del Señor lo visitó y se le apareció en sueños, bendita visita: “José, hijo de David, no temas en recibir a María como esposa tuya, pues la criatura que espera es obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, a quien llamarás Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mt 1,21). La visita del ángel trajo sutil tranquilidad en medio de la turbación o quizás más turbación con todo lo que José debía enfrentar al asumir ser el padre legal de un hijo que no era suyo. Pero el ángel lo visitó, y de lo que no hay duda, por lo que sucede cuando despierta José, es que su visita le infundió fe, esperanza y compromiso para enfrentar la vida. La visita angelical no fue para escapar de la realidad, antes todo lo contrario, fue una visita para ayudar a José a asumir y cargar con su realidad, y todas sus implicaciones: enfrentarse ante el misterio, las dudas, el temor social, la superación de sus propios prejuicios, entre otras sensaciones humanas.
Orar en voz alta
Pienso en José y la visita del ángel, y me entran unas ganas de pedirle al angelito que nos haga una visita. Que nos visite para infundirnos su aliento y al caminar por las calles de los barrios de América Latina no sucumbamos al rostro de las tristes realidades de pobreza, sino que podamos autointerpretarnos como agentes de cambio. Visita mi familia para mantenernos unidos, siendo comunidad frente a nuevos rumbos que la vida nos depara, ante los nuevos momentos y maneras de ser familia con cuatro hijos, “ayayay” dirán algunos…
El vacío de la ausencia
Pero también pienso en las visitas que anhelo que el ángel haga desde la experiencia pastoral, pues soy consciente de mi limitación e impotencia en esta tarea humana. Me gustaría que visite a aquella familia que este año perdió a su ser querido y no sabe como asumir el vacío y el pesar que queda por la ausencia, que el ángel venga y traiga de su sosiego, de su paz para consolar los corazones abatidos.
Amor sobre los prejuicios sociales
Que visite el angelito a las familias que se enfrentan a la noticia que uno de sus hijos es homosexual, y con ello la frustración de los padres, el rechazo de hermanos y hermanas. Ay angelito, ven para tratar con nosotros, y ayudarnos a superar nuestros prejuicios y darnos la valentía para anteponer nuestra capacidad de amar sobre los prejuicios sociales.
¿Consejería matrimonial?
Pero también te necesitan en la casa de aquellas parejas que ya no dan más, que no saben si es mejor seguir o divorciarse, voces vienen por todos lados, los hijos como pretextos, los pastores con todas las versiones, unos a favor y otros en contra, al final, como la experiencia de José, siempre nosotros tenemos la última palabra. Ven a ellos con tu terapia sobrenatural y actúa para que encuentren la luz y la fortaleza necesaria para asumir la decisión que contribuya al bienestar de la familia. Tú estás interesado en ellos y no tienes problemas con el qué dirán.
Mujer, y soltera
Oye angelito, también recuerdo a las chicas que pusieron su esperanza en este año, el que ya termina, y nada…no aparece su príncipe azul, ni con poncho, y las voces de la presión social inciden en ellas, especialmente cuando algunas ya pasan de los 25 y otras cruzaron los 30. Una visita tuya angelito para ayudarles, aunque sea en el sueño a descubrir su auténtica valía, que no valen por lo que tienen o tengan, aunque sea al mismísimo Brad Pitt o el Marcelito Guamán[1], que valen por lo que son: mujeres. Genera en ellas, muchas otras razones de vivir, como bien lo entiende Víctor Heredia.
Amor incondicional y divorcio
Recuerda a mis amigos y amigas angelito, los excluidos por mi propia comunidad cristiana, aquellos que en un momento militaron en nuestras filas y que sus decisiones personales no fueron bien entendidas ni respetadas por una comunidad que determina y contribuye a la ética de la apariencia, dado que se condena la honestidad y sinceridad con la exclusión, y se aplaude la espiritualidad de las apariencias. Mi querido ángel, es probable que ellos entiendan mejor lo que es la buena noticia del evangelio: Que Dios ama incondicionalmente. Visítalos y conforta su tristeza al ser abandonados por una comunidad que cuando se divorciaron les dio la espalda, o tomaron alguna decisión en sus vidas, que fue incómoda para quienes solo estaban con ellos cuando las cosas iban bien.
Bueno mi ángel, quizás te pido muchas visitas, pero la verdad es que eso quisiera que sea la Navidad para mi pueblo, una visita tuya que anima el caminar de la vida de nuestra gente; ya que la fe no es un depósito en una religión, es un don divino para caminar y disfrutar la vida. Visítanos angelito.
Oración
“Señor, así como visitaste a María y a José, yo también necesito una visita tuya, no sé si para poner orden o desordenar mi mundo y sus fundamentos. No quiero tu visita para seguir pidiéndote lo que deseo, hoy necesito que alguien que me conoce mejor de lo que yo me conozco infunda de su soplo en mi vida, para renovar todo lo que necesita ser renovado; hazlo por favor, estoy dispuesto. Si deseas hacerlo a través de cualquiera de tus mensajeros, dame la gracia para acogerlos como a ti mismo; pues en la experiencia de algunos, sin saberlo hospedaron ángeles”.
[1] Personaje del programa Combo amarillo, que representa el modelo de hombre conquistador de la sierra ecuatoriana. El programa se transmite por Ecuavisa de lunes a viernes desde las 19h15.