Porque tú, Señor, eres bueno y perdonas; eres todo amor con los que te invocan. Señor, escucha mi oración, ¡atiende mi plegaria! En mi angustia clamo a ti, porque tú me respondes. Salmo 86,5-7 A menudo me pregunto hasta dónde son necesarias las palabras para comunicarme con Dios. Está a mi lado, me digo y lo creo. Viene conmigo, estoy convencida. Vela mis sueños y mis despertares, lo sé. Me conoce hasta lo más íntimo de mi ser, estoy segura. Por eso dudo de la necesidad de usar
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