Posted On mayo 13, 2013By Carmelo ÁlvarezIn Opinión
Al recibir la noticia de la resurrección del buen amigo Otto Maduro, es necesario hacer recuento para evocar una amistad valiosa. Sí, Otto era un maestro de la amistad. Tengo que reiterarlo. Porque, entre otras cosas, Otto nunca olvidaba la fecha de mi cumpleaños. Ello me provocaba una gran alegría, y a la misma vez un asombro lleno de profunda gratitud. Hemos de recordar al amigo conversador. Por años compartimos en tantas tareas, y en tantos lugares del mundo, particularmente en Latinoamérica y el Caribe. Incluso, participando en conferencias internacionales
Read More