Este artículo fue publicado anteriormente, el 25 de Julio de 2012 en Protestante Digital. Suelo decir cuando me preguntan que, como consecuencia de la decisión que tomé en mayo de 1980 al contraer matrimonio, comencé, en 1982, a ejercer la carrera de la ma(e)ternidad. Repetí la experiencia en 1986 y, en 1995, para no quedarme desfasada en esta Ciencia, volví a animarme liándome la manta a la cabeza. Las niñas no vinieron. Confío en que el Señor, mis hijos y mis nueras me darán nietas. La pena es que este
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