El contenido[1] de la enseñanza cristiana, la «sana doctrina» está directamente relacionado con la manera en que nos comportamos con los demás y con la forma en que configuramos una comunidad fraternal con otras personas. En este sentido, la Iglesia, como realidad que vive de antemano la nueva sociedad «familiar» del reinado de Dios, donde todos somos hermanos y hermanas, hijos e hijas de Dios, tiene que ser pionera en los valores que dignifican al prójimo. Es sencillo: la fe cristiana se vive en comunidad. La Iglesia, cuerpo de Cristo,
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