Un trono y un montón de etnias, razas, dragones, magos y brujas luchando por el dichoso trono; de eso va la serie. Juego de tronos está en nuestras pantallas, videojuegos y páginas. Pero no se ha quedado ahí, por desgracia se ha colado también en nuestras iglesias. No debería ser así, pero lo es. Parece ser que las numerosas denominaciones se pelean entre sí por un dichoso trono, (que, por cierto, no sé cómo se llama). El colorido mundo evangélico de nuestros días presume de tantas cosas como de las
Read More