Posted On octubre 29, 2013By Maite García RomeroIn Opinión
Vivimos en un mundo enfermo cuya sintomatología de contradicción e hipocresía indica el detrimento moral y ético al que se está llegando. Las pérdidas que está causando esta crisis han sido motivadas por el dinero y el capital, pero en mayor medida por la falta de ética y la desvergüenza de quienes han tenido la mayor responsabilidad en este desastre. Vemos cómo se disparan las desigualdades, la pobreza, todas las cargas del desastre económico que vive este país recaen exclusivamente sobre la ciudadanía, en especial las clases más desfavorecidas, las
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