Posted On octubre 8, 2015By Leopoldo Cervantes-OrtizIn Biblia, Teología
Sin embargo, anímate Zorobabel —oráculo del Señor—, anímate sumo sacerdote Josué, hijo de Josadac, y que se anime toda la gente del país —oráculo del Señor—. Pongan manos a la obra porque yo estoy con ustedes, dice el Señor del universo. Hageo 2.4, La Palabra (Hispanoamérica) La exhortación de Hageo El libro de Hageo (en hebreo Jaggai: “Alegre”, Hilario) manifiesta claramente una preocupación comunitaria por el templo como “un elemento clave en el mundo simbólico de la religiosidad popular”.[1] El profeta seguramente perteneció al llamado “pueblo de la tierra” (am ha
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