A ti, querida compañera. Digo querida por empezar de forma coloquial y educada, no por que te quiera, no te quiero, de hecho a veces te odio, te evito, te escondo debajo de cualquier lugar que te haga desaparecer al menos por un tiempo, unos días, horas…. pero vuelves aquí, delante de mi, salpicando mis pasos de inseguridad e incertidumbre en el momento más inesperado. Miro hacia arriba y no logro ver tu cima, se ve oscuro, interminable, una arboleda inmensa lo cubre todo. Te instalas en mi horizonte
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