“No es un prestigio para la Iglesia estar bien con los poderosos. Este es el prestigio de la Iglesia: sentir que los pobres la sienten como suya… porque únicamente ellos son los bienaventurados… Y si Cristo es Dios majestuoso que se hace hombre humilde hasta la muerte de los esclavos en una cruz y vive con los pobres, así debe ser nuestra fe cristiana.” Arzobispo Óscar Arnulfo Romero[1] La Biblia: literatura perturbadora[2] Las Sociedades Bíblicas Unidas de las Américas celebraron, hace un par de años, en San Juan, Puerto
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